LUCRECIO (99-55 aC). Poeta y filósofo. Epicúreo.
Vivió momentos convulsos de la historia de Roma como las guerras civiles, las revueltas de Mario y Sila,la conjura de Catilina y la ascensión de Julio César.
En su obra "Dē rērum natūra" ("Sobre la naturaleza de las cosas") hace una preciosa petición a la diosa Venus para que convenza a Marte para que termine con la guerra en Roma:
"Marte omnipotente, ese que a menudo, derrotado por herida perdurable del amor, se acuesta en tu regazo [en en de Venus], y así, levantando sus ojos, echada hacia atrás la bien torneada nuca, apacienta, anheloso de ti, miradas ansiosas de amor, y en tu boca se encarama el aliento del tendido: sobre este tú, divina, mientras está recostado en tu cuerpo santo, desparrámate y viértele de tu boca dulce charla pidiéndole grata paz, excelsa tú, para los romanos"
Lucrecio "La Naturaleza" (32-40) traducción para ed. Gredos.
Maravilloso texto, Mª Engracia. Gracias por traerlo aquí y hacernos disfrutar de ese Marte enamorado, de esa Venus capaz de convencer al amado. ¿Por qué hemos olvidado a esos dioses crueles y, a la vez, humanos? Un abrazo.
ResponderEliminarMe parece muy actual...y muy buena la reflexión que te viene..después de leerlo...
ResponderEliminarA esto, hoy día, lo llamamos pedir peras al olmo...
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