28 feb 2020

Aprender con la mirada: El fresco de los púgiles de Thera



Hoy vamos a fijarnos en el fresco de los jóvenes boxeadores del edificio B del llamado "palacio" de  la isla de Thera. 1500 a. C.





En la escena se representa a dos niños, apenas dos adolescentes, boxeando. Ambos tratan de golpearse en la cara. Aparecen representados con las características fundamentales de un púgil: el cesto y la cintura.


Una de las interpretaciones tradicionales (hay varias) es la de que el boxeador de la derecha lleva los puños claramente desnudos.

Esto se ha entendido como que se trata de una lucha entre dos chicos de estratos sociales diferentes. Uno de ellos incluso lleva joyas como un brazalete y pendientes, ...

Pero... ¿Qué pasa si nos fijamos solo en la parte original del fresco? (yo misma, con photoshop, he quitado la parte restaurada).


Nos damos cuenta que mucha de la información en la que se basa la interpretación para probarla ¡¡NO ESTÁ!! Está desaparecida y la hipótesis se basa en una restauración que en nada puede ser concluyente.

Conclusión: fijarse en el detalle es muy importante, tanto como no fiarse de las interpretaciones que no se han fijado en él. Ojo con las interpretaciones, es importante conocer el contexto histórico del estudioso que formula la hipótesis.

Un ejemplo mucho más evidente de una de las restauraciones dirigidas por Evans en Cnossos.










13 feb 2020

Aprender con la mirada: Asurbanipal bajo la parra en un escenario muy bucólico... o no.

Hoy os muestro una bucólica escena (o no tan bucólica) de Asurbanipal. Es un relieve del siglo VII aC. Hoy puede disfrutarse en el British Museum. El título es muy evocador: "reposo bajo la parra" o a veces se le llama también "fiesta en el jardín". Observemos más detenidamente. 

El rey celebra junto a su esposa su victoria contra Elam. Está recostado en un sofá bellamente decorado con incrustaciones. Apoya su codo en un cojín. Frente a él, sentada está su esposa, la reina. Ambos levantan la copa como si brindasen. 

Junto a ellos unos sirvientes amenizan la celebración con música. 

Podemos ver, por ejemplo, un arpa. 

Hasta aquí todo preciso, un paraíso, pero...

¿Os habéis fijado en este detallito? 

Es la cabeza del rey elamita, cuelga del revés de la rama de un árbol. 

Su desagradable olor explicaría que los monarcas porten en las manos flores de jazmín y los quemadores de incienso cercanos a ellos. 


Una escena bucólica que deja de serlo cuando nos fijamos en los pequeños detalles.

1 feb 2020

Odiseo y la caza del jabalí: un deporte de riesgo.



"Apenas brilló matutina la Aurora de dedos rosáceos, salieron a cazar a la vez los perros y sus dueños, los hijos de Autólico. Y con ellos iba el divino Odiseo. Ascendieron al abrupto monte del Parnaso, recubierto de bosque, y pronto se adentraban en sus repliegues batidos por el viento. Hacía poco que el sol se expandía por los campos saliendo de la plácida y profunda corriente del océano, cuando los cazadores alcanzaron un desfiladero. Por delante avanzaban los perros venteando rastros y detrás los hijos de Autólico. Con ellos marchaba Odiseo al lado de los perros, blandiendo una lanza de larga sombra.


Allí, en la densa espesura, estaba tumbado un gran jabalí. No la penetraba el soplo húmedo de los vientos briosos ni la atravesaba con sus rayos brillantes el sol, ni tampoco se filtraba por ella la lluvia. Tan espesa era, pues la formaba un denso amontonamiento del follaje. Pero al jabalí le llegó el rumor de los pasos de los perros y los hombres que avanzaban de cacería. Y salió del soto a su encuentro, con el pelaje del lomo erizado, chispeando en sus ojos miradas de fuego, y se paró ante ellos. Se precipitó primero Odiseo blandiendo en alto la larga lanza con su mano robusta, ansioso por herirlo. Pero el jabalí abalanzose y le hirió junto a la rodilla y con su colmillo le hizo un desgarro hondo en la carne, embistiéndole de lado, si bien no le llegó al hueso. Odiseo lo alanceó, hiriéndole en la paletilla derecha, y de lado a lado le hundió la punta de la brillante lanza. Cayó por tierra gruñendo, y se le es capó el ánimo."




Para conocer más acerca de los jabalíes puedes leer mi artículo "Jabalí, el trofeo imperial" en "Historia National Geographic", No. 178, ISSN 1696-7755, octubre 2018, pp. 22-23.

Texto: Homero "Odisea", traducido por Carlos García Gual para ed. Alianza.
Fotos: Autora, museo de Florencia, periodo etrusco.