22 nov 2023
¿Eran bajitos los romanos?
2 nov 2023
Alejandro Magno asedió Gaza
4 sept 2023
El saludo que un romano nunca hizo y que tomó el fascismo
5 abr 2023
Un precursor de las historias de terror de lo más cinematográfico en el siglo IV d. C.: Amiano Marcelino
Creemos que ese recurso (tan trillado) es una modernidad, pero ¿Sabíais que esta herramienta cinematográfica o novelesca es muy antigua? Si ahora mismo estás pensando en el famoso mito de la Caja de Pandora estás en un error porque el objetivo de dicho relato es muy diferente al de las historias de terror que nos cuenta el cine.
Pero sí, como tantas otras tácticas para engancharnos y matarnos de miedo, la encontramos en los autores clásicos.
Leemos:
"Cuando ésta fue expoliada [se refiere a la ciudad de Seleucia] por los generales del César Vero, como antes narramos, robaron allí una imagen del Apolo de Cumas y la llevaron a Roma, donde los sacerdotes de los dioses la colocaron en el templo de Apolo Palatino.
Se dice que, después de que esta imagen fuera robada, y de que se incendiara la ciudad, los soldados fueron a rapiñar en el templo y encontraron un estrecho agujero. Y al abrirlo con la esperanza de encontrar un objeto precioso, de cierto abismo oculto por los secretos de los caldeos, surgió una peste que, provocando una enfermedad incurable, en la época del citado Vero y de Marco Antonino, llenó de enfermedad y de muerte todo el territorio situado entre la tierra de los persas, el Rin y las Galias."
Es una escena a la que estamos muy acostumbrados dentro de los relatos de terror, esta es del siglo IV d. C. y se la debemos a Amiano Marcelino, un militar y cronista romano (aunque se veía a sí mismo como griego) escribió en latín.
Este texto lo encontramos en su obra "Historia", en el libro XXIII 6, 24 (yo he utilizado la traducción para Akal Clásica de Mª Luisa Harto Trujillo.
Está claro que utilizar el terror como instrumento por parte de los autores no es nada nuevo. Si es que... lo que no se inventara en la antigüedad...
21 feb 2023
Una pequeña reflexión: la locura de un falo en Vindolanda
Pasaba por aquí solo para realizar una pequeña reflexión a raíz de una noticia que ha saltado en todos los medios.
Se trata de esta:
¡¡No sabéis la cantidad de personas que me han enviado el enlace desde diferentes medios de la prensa de la noticia!!
Alguien seguro que entra a ver que pone en el blog solo porque aparece un pene como primera fotografía, si fuese un botijo o un ánfora ni se pararía a mirarlo.
Y yo me pregunto lo siguiente: ¿destaca la noticia porque tiene forma de falo? ¿A ti te ha llamado la atención porque tiene esa forma? porque seamos sinceros, en arqueología, objetos cuya función desconocemos y sobre los que se lanzan hipótesis hay muchísimos... ¡¡así que solo interesa que es un pene!!
A mi me ha encantado la respuesta que el equipo que excava en Vindolanda ha publicado en Instagram:
Pongo aquí la traducción:
"El falo de madera de Vindolanda ha tenido mucha atención mediática esta semana.
Hay varias teorías sobre para qué se utilizó el artefacto hace casi 2.000 años en un artículo de investigación publicado recientemente"
Y añaden (y esto sí que es lo verdaderamente interesante):
"Lo que es verdaderamente notable es que sobrevivió en nuestro maravilloso suelo anaeróbico en Vindolanda y ahora está en exhibición en nuestro museo".
Y es que seamos sinceros, cuando se trata de falos y sexo nos volvemos medio locos, pero si además son falos romanos ya es como que la locura se multiplica por infinito.
Pongo un ejemplo de esa "mente sucia" que tenemos respecto a la antigua Roma:
Alguien tiene en su casa esta obra:
Se trata de "Leda y el cisne" de Jean-Baptiste Marie Pierre pintado en el siglo XVIII.
La ves colgada en casa de una amiga o un amigo y no piensas en que es pornografía, ni que lo tiene colgado en su casa para mejorar su actividad sexual y mucho menos que es para ayudar a la procreación con su pareja. Piensas que es una obra de arte y quizás un recuerdo de una visita a un museo. Punto.
Pero ves esta otra obra en una casa romana:
¡¡Y ya la hemos liado!!
Eres incapaz de pensar que quien quiso tenerla en su casa quizás pensaba igual que tu amiga o amigo, que era algo que le gustaba, que era fan de ese mito, que quería una obra de ese artesano, que le gustaba la escena... Nooooooo, si un romano la cuelga en su casa tiene una connotación sexual, es imposible que tenga otra causa.
¿De dónde nos vienen este tipo de conclusiones? ¿Por qué nos volvemos tan locos cuando vemos un falo? ¿Es por nuestra mentalidad y educación judeocristiana? ¿Por una herencia de la historiografía de los siglos XVIII y XIX?
15 feb 2023
Nueva publicación: Prólogo en "El Coliseo" de Fernando Lillo
28 ene 2023
¿Dónde puedes encontrarme divulgando?
Además de este blog puedes encontrarme en otros lugares divulgado sobre arqueología, historia, arte, libros...
26 ene 2023
Un curioso gladiador en el British
Curioso gladiador: casco, escudo y grebas de murmillo, pero con sica como un gladiador tracio.
Realizada en marfil. Siglos I-II d. C. Encontrada en Narbona. 6,80 centímetros.
Cada vez son más los ejemplos que aparecen que no se pueden encasillar en un gladiador "modelo", quizás estemos pensando en excepciones a esos "gladiadores tipo", cuando nos encontramos ante localismos o quizás no existía la uniformidad en el equipamiento que algunos especialistas defienden.
Fotos: Museo Británico
25 ene 2023
¿Un gladiador dimachaerus contra un hoplomachus? Sí, una fuente lo demuestra.
¿Sabías que hubo gladiadores dimachaerus que se enfrentaron a hoplomachus en espectáculos romanos en el siglo I d. C.?
Así nos lo cuentan las fuentes. Específicamente una inscripción en forma de grafiti que se encuentra en Pompeya y que está referenciada como CIL IV 2508:
Pri[mum] / munus M(arci) [M]eso[ni —] / [—]VI Nonas Maias // T(h)r(aeces) m(urmillones) / [—]nator Ner(onianus) |(pugnarum) II [—] / Tigris Iul(ianus) |(pugnarum) I[—] / [—]ci[u]s Ner(onianus) |(pugnarum) III m(issus?) / Speculator |(pugnarum) LXIX / v(icit?) essed(arius) r(etiarius?) / Crysantus [—] |(pugnarum) II / M(arcus) Artorius [—] // (H)o(plomachi) m(urmillones) / m(issus?) [—]p[-]eacius Iul(ianus) [—] / M[—] Iul(ianus) |(pugnarum) LV [—] / v(icit) [—]iu[s —] / [—]VR[—] / [— t]r(aex?) / [—]B[—] Ner(onianus) [—] / [—] // Munus [—] V IV III prid[ie] Idus Idi[bus] Mai(is) // Di[machaeri(?)] (h)o[plomachi(?)] / m(issus) I[—]ciens Ner(onianus) |(pugnarum) XX[—] / v(icit) Nobilior Iul(ianus) |(pugnarum) II / t(raex) m(urmillo) / m(issus) L(ucius) Semproniu[s —] / v(icit) Platanus Iu[l(ianus —] / t(hraex) m(urmillo) / v(icit) Pugnax Ner(onianus) |(pugnarum) III / p(eriit) Murranus Ner(onianus) |(pugnarum) III / (h)o(plomachus) t(hraex) / v(icit) Cycnus Iul(ianus) |(pugnarum) VIIII / m(issus) Atticus Iul(ianus) |(pugnarum) XIV / t(hraex) m(urmillo) / v(icit) Herma Iul(ianus) |(pugnarum) IV / m(issus) Q(uintus) Petillius [—] / ess(edarii) / m(issus) P(ublius) Ostorius |(pugnarum) LI / v(icit) Scylax Iul(ianus) |(pugnarum) XXVI / t(hraex) m(urmillo) / v(icit) Nodu[—] Iul(ianus) |(pugnarum) VII / m(issus) L(ucius) Petronius |(pugnarum) XIV / t(hraex) m(urmillo) / p(eriit) L(ucius) Fabius |(pugnarum) VIIII / v(icit) Astus Iul(ianus) |(pugnarum) XIV / // Laudand[—]io[—] |(pugnarum) XI(?) / [—]ng[—] |(pugnarum) XIV // No[—] m(issus?) / Ri[—]ecius[
De todo este galimatías de palabras en latín nos vamos a quedar con estas:
Di[machaeri(?)] (h)o[plomachi(?)] / m(issus) I[—]ciens Ner(onianus) |(pugnarum) XX[—] / v(icit) Nobilior Iul(ianus) |(pugnarum) II / t(raex) m(urmillo) / m(issus) L(ucius) Semproniu[s —] / v(icit) Platanus Iu[l(ianus —] / t(hraex) m(urmillo) /
Seguro que sigues un poco perdido, así que te traduzco lo que dice:
Dimachaerus (?) versus hoplomachus/indultado. [. . . .]ciens Neronian, luchó 20 [. . .] ganados
El grafiti se ha interpretado como algo parecido a los programas de mano que hoy te entregan como concurrente cuando acudes a algún espectáculo.
En este de Pompeya aparece los siguientes datos: la fecha del espectáculo, que se realizo durante cuatro días en el mes de mayo y la lista de los combatientes que iban a participar, un total de 8 gladiadores.
Una cuestión que ya planteaba P.J. Meier en su libro 'De gladiatura Romana' que fue escrito en 1881:
Foto: De Luciana Jacobelli, Gladiators at Pompeii, 2003.