16 oct 2012

Escarabeo de Marion y "que malos son los celos".


Sello-escarabeo de cornalina de Marion, Nicosia.

Heracles aparece arrodillado, con la piel de león.  Apunta con su arco a centauro Neso.

El monstruo, que está herido, intenta arracanrse una de las flechas envenenadas del costado. 

Mientras Deyanira, de rostro egipcio, corre hacia Heracles, huyendo de su enemigo moribundo hacia el que vuelve la cabeza.  Para poder correr más recoge la falda del vestido con la mano derecha mientras con la izquierda señala al centauro.

En la parte superior de la escena, a ambos lados de la cabeza de Deyanira, hay un símbolo egipcio anj y un halcón egipcio volando.  

Mezcla de estilo chipriota, egipcio, fenicio y griego.  Esta pieza está datada en el siglo VI aC.

Pero... ¿Cuál fue la historia de estos tres personajes?

Deyanira (Δηϊάνειρα) fue la tercera esposa de Heracles (Ἡρακλῆς).  Tras su boda la pareja tenía que cruzar un río Eveno, entonces Neso, un centauro, se ofrece a cruzar a la esposa. Mientras la trasladaba hacia el otro lado Neso intenta violarla y Heracles, enfurecido, dispara una flecha envenenada al centauro desde la orilla opuesta. Neso, agonizando, miente a Deyanira, le dice que recoja su sangre, contándole que esta le aseguraría que Heracles la amase para siempre.  Deyanira, que le cree,  guardará un poco.

Deyanira utilizará la sangre de Neso, untando la famosa túnica (la túnica de Neso) de cuero de su marido al sospechar que éste prefería la compañía de Yole.  Entrega las ropas a Licas, el sirviente de Heracles y este se las puso.  En cuanto se pegaron al cuerpo el veneno de la sangre del centauro penetró en su piel provocándole un dolor insoportable y una muerte lenta.  Heracles, enfurecido cogió de los pies a Licas y lo arrojó al mar.  Intentó entonces quitarse las ropas pero no pudo.  

Deyanira, al ver lo que había hecho se suicidó ahorcándose.  Heracles, presa del dolor y agonizando a causa del veneno, pidió ser quemado en una pira, muriendo voluntariamente.  El fuego quemó la parte mortal de Heracles quedando solo la divina, convirtiéndose de esta forma inmortal.



El santuario de Ayia Irini - Chipre


Es difícil después de leer el libro  de Vassos Karageorghis sobre Chipre no sentirse fascinada por esta isla y su historia más antigua.  Después de haber hecho una lectura rápida, si tuviese que calificar a los chipriotas protohistóricos con un adjetivo los tildaría de "esponjas" por su gran capacidad de absorción de todo aquello que les rodeaba, ya fuese egipcio, griego, próximo oriental, etrusco, fenicio....

Pero en esta entrada no voy a hablar del libro, sino de uno de los santuarios más fascinantes, para mi, de la isla. Se trata de Ayia Irini.




Ayia Irini fue excavado en 1929 por una misión arqueológica sueca patrocinada por el cónsul sueco Pierides Louki Z y dirigida por Einar Gjerstad . Este lugar se utilizó para culto desde el bronce tardío (1600-1450 aC) hasta el 500 aC sufriendo remodelaciones estructurales durante el tiempo que fue utilizado.



Santuario rural heredero de uno anterior fechado en el bronce tardío y erigido a comienzos del período chiprogeométrico. Tenía dos partes reseñalables, por un lado un témenos (espacio de terreno reservado para la adoración de los dioses) con un períbolo (un cercado vegetal, en este caso de árboles), es decir, que no tenía una estructura física destacable. Es ya en el chiprogeométrico III (950/900-750 aC) cuando aparece un altar monolítico en el centro del témenos. Sobre él un símbolo del culto con forma de piedra ovalada (betilo). Había dos pequeñas cámaras rectangulares que se ha creído que era un recinto para los árboles sagrados. Alrededor del altar había dos cobertizos creándose de este modo dos espacios, apareciendo así un patio interior.


Al dios que se le rendía culto en este espacio se le dejaban ofrendas de figuritas humanas de terracota (arcilla modelada y cocida).  Son de varios tamaños y estaban colocadas en fila alrededor del altar.  Hay representaciones tanto de guerreros como de oferentes.  De varios tamaños.  Las más grandes están huecas, en algunos casos son de tamaño mayor que el natural y constan de varias piezas ensambladas.  Las más grandes serían ofrendas de los miembros  más ricos de la comunidad, y la más pequeñas, realizadas con la  sencilla técnica denominada del "muñeco de nieve", de la gente menos pudiente.  En total se han encontrado unas 2.000 estatuillas.



El dios adorado en Ayia Irini estaba relacionado con la fertilidad. Además de las citadas estatuillas humanas se han encontrado gran cantidad de terracotas de toros (símbolo de la fertilidad) también como ofrendas votivas, centauros y minotauros (demonios que acompañaban a la deidad). Además había estatuillas antropomorfas de terracota con máscaras de toro que podrían representar a los sacerdotes oficiantes.  



El dios venerado estaba también relacionado con la guerra. Entre las estatuillas y estatuas votivas hay de hombres armados con yelmo, escudo y daga, además de cuádrigas de guerra.



Yo destacaría una de las figuras, con rasgos africanos y que lleva en su mano el símbolo egipcio de la vida, el anj.



Fotos del Museo Väldsultur de Estocolmo, más aquí.

12 oct 2012

Penélope en su telar


Penélope y Telémaco, cerámica, s. VaC



Penélope, esposa de Odiseo, madre de Telémaco, reina de Ítaca, hija de Ícaro de Esparta, prima de Helena de Troya, es uno de los personajes de la Odisea, escrita por Homero (circa VIII aC). 




John William Waterhouse: Penélope, 1916

Esposa fiel, bella, preocupada por los temas de su amado esposo, esposa ideal en definitiva, espera a su marido Odiseo a que vuelva durante los veinte años de su ausencia. Él parte de regreso a su patria tras la Guerra de Troya, pero por el camino los dioses le "desvían" de su ruta y vaga por el Mediterráneo, lejos de su tan querida patria durante todo ese tiempo, llegando a distintos lugares, conociendo a hombres, dioses y semidioses.


James Stowe: Penélope and Her Suitors, 1824

Mientras Penélope, considerada símbolo de la fidelidad conyugal por su tremenda espera y paciencia, era pretendida, durante los últimos 4 años antes del regreso de su marido, en su hogar, por más de cien hombres que querían adueñarse del reino de Ítaca. Para preservar su castidad trama un ardid para deshacerse de ellos y no casarse, así que lo lleva a cabo haciendo tiempo, hasta la llegada de su marido. El plan era simple: cuando terminase de tejer el sudario para Laertes, aceptaría su estado de viuda y elegiría entre los pretendientes a un nuevo esposo. Así que por el día tejía en su telar y por la noche deshacía lo hecho para que el trabajo se alargase el máximo tiempo posible, así consigue mantener a raya a los odiosos pretendientes y dar tiempo a su marido a volver al hogar.


John William Waterhouse: Penélope and the Suitors , 1912



Cuando Odiseo consigue regresar, después de muchos avatares, al lado de su esposa, este mata a todos los pretendientes de Penélope que no solo querían quedarse con ella, con el trono sino que durante su ausencia habían estado esquilmando las riquezas del palacio por los numerosos banquetes que daban en la ausencia del rey.




Leandro Bassano:  Penélope, 1575-1585


Muchas son las representaciones artísticas de Penélope, en su iconografía destaca el telar o alguno de los útiles necesarios para ello. 




John Roddam Spencer Sanhope: Penélope, 1849



Patten Wilson: Ilustración del vol. 6 de "The yellow book", 1865



John Flaxman: Ilustración de la Odisea, 1810.


Penélope en el Palacio Vecchio, Florencia



Pénélope devant son métier à tisser
Château d'Écouen, Ecouen, Francia - s. XV.


Bernardino Pinturicchio: El regreso de Ulises, 1508-1509.

Algunos dibujos infantiles, son mis favoritos:

Pep Montserrat: La Odisea

TIEMPO DE CLASICOS: LA ODISEA (LIBROS PARA LEER EN COMPAÑIA)
ALBERT JANE, COMBEL, 2010





Editorial Puerto de Palos








3 oct 2012

Noticia: Nueva colaboración






Desde hace unos días Arqueología en mi Jardín también es colaboradora de Romanorum Vita de la Obra Social "la Caixa".






En estos momentos tienen una espectacular exposición en Sevilla, yo tuve la suerte de poder verla en Alicante, os la recomiendo, está muy bien montada y el disfrute está asegurado.




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No os la podéis perder, seguro que os gusta tanto a niños como a grandes ¿Cuántas veces en la vida podréis visitar como en una máquina del tiempo una ciudad romana?



Noticia: Arqueología en mi jardín en la red IV


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