30 sept 2012

El tesoro de una princesa tracia

El tesoro de Vratsa (Bulgaria) fue encontrado en unas excavaciones de emergencia bajo una casa en el mismo centro de la ciudad.  Durante las excavaciones realizadas entre 1965 y 1966 aparecieron dos tumbas de época tracia.  Ya se tenía noticia de la existencia, en ese lugar, de un túmulo denominado de Moguilanska y los arqueólogos sabían de él, pero aún así se sorprendieron al verse ante uno de los monumentos tracios más valiosos de esa parte de Bulgaria.




La primera tumba (a la que nos referiremos en esta entrada) era para una mujer joven perteneciente a la nobleza.  El túmulo tiene estructura de madera, cosa poco común ya que la mayoría de los encontrados hasta ahora eran de piedra o de ladrillo.  En la antesala se descubrió un carro de cuatro ruedas tirado por dos caballos cuyos restos también aparecieron, probablemente tras ser sacrificados para el enterramiento.  Tras el carro había un esqueleto de otro caballo con silla, este debía estar destinado al conductor del carro, junto a estos restos aparecieron 10 aplicaciones de arreos y botones de plata.  Junto al caballo estaba el esqueleto de una joven, sin adornos, probablemente una de las sirvientas y a quien también se sacrificó durante el rito funerario.

La principal protagonista del enterramiento era una mujer joven de 1,50 m de altura, ocupaba el lugar central del túmulo.  Junto a ella se encontraron numerosas joyas de gran belleza: en la cabeza una corona de hojas que recuerdan al laurel, hecha de oro puro de 24 quilates.  En las orejas llevaba unos espléndidos pendientes, formados por un disco plano, adornado con rosetas y una prolongación con esfinges aladas y colgantes decorativos.  Probablemente la mujer fue enterrada con un velo en la cara adornado con placas de oro de las que solo estas nos han quedado.  Junto a ella, repartidas a su alrededor, estaban dispuestos un espejo, fragmentos de un collar de oro y numerosos pequeños recipientes de barro.



Muy cerca de los restos de la princesa se encontró el esqueleto de hombre, quizás un guerrero porque cerca del cuerpo había un yelmo de bronce, una aljaba con más de 100 flechas, un candelabro de hierro y un juego de vasijas de plata, una de ellas llevaba grabado con puntos horadados una inscripción con el nombre del soberano tracio Kotis y el de Elbeos que podría ser el artista que lo elaboró.  

La pieza más impactante es una rodillera de plata de gala con una preciosa decoración.  Se trata de una mujer, probablemente relacionada con la diosa Artemisa, dos figuras de león y serpientes atacadas por un águila, con muchos otros elementos ornamentales.  





En la jarra de oro aparecen figuras masculinas erguidas en carros que podrían estar en relación con el dios Apolo por su relación con el sol.  El mango tiene la forma de un nudo de Hércules.






Es obvio que el túmulo de Moguilanska fue la sepultura de una distinguida princesa tracia perteneciente a la tribu de los triballos que fueron los que poblaron esa zona en la antigüedad.  Junto a ella se enterró todo aquello que necesitaría en su vida en el más alla: a sus sirvientes, caballos, su carro, así como objetos valiosos con decoración ornamental y figurativa de fuerte influencia persa, mezclados con mitología griega, pero todo ello con una fuerte expresión artística típicamente tracia como son la representación plana, estilizada y primitivista de alguna de las imágenes.  Se ha fechado la tumba a inicios del siglo IV.  En este momento los triballos se oponían activamente al Estado de los Odrios.


1 comentario:

  1. Si es que a poco que miremos hacia atrás nos sorprendemos continuamente. Procedemos de una cultura milenaria, no hay que olvidarlo. Saludos cordiales.

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