30 nov 2025

No más libros mal editados


Quien me conoce y me sigue sabe que soy una lectora voraz de libros de divulgación histórica y novela que tratan de temas sobre el Mediterráneo antiguo.  Es parte de mi oficio como divulgadora científica estar al día de lo que se publica para poder dar respuestas a algunos de mis seguidores: muchos me preguntáis mi opinión sobre lecturas recomendadas, listados bibliográficos para preparar oposiciones o simplemente tenéis curiosidad sobre este o aquel libro.  

Esta entrada en el blog llevo meses madurándola. Y al final la he tenido que vomitar porque cada vez son más los libros que leo y que me decepcionan.  

Y es que no deja de doler ver cómo algunas editoriales han decidido que pueden publicar libros sin corregir, como si el lector fuese incapaz de notar la diferencia.  Abres un libro y te encuentras erratas por todas partes, frases mal hiladas, páginas que parecen escritas a toda prisa o que tienen un nivel de redacción de secundaria.  Y lo peor es esa sensación amarga de que nadie se ha molestado en revisar nada.  Que han dado por bueno un manuscrito sin el más mínimo respeto.

Y el lector calla... o, lo que es peor, aplaude un libro por su calidad cuando esta es prácticamente inexistente. 

Duele mucho.  Duele pagar lo que pagamos hoy por un libro (que no es precisamente poco) y descubrir que la editorial (y suelen ser bastante importantes, grandes y que -supuestamente- mueven mucho dinero) ha escatimado justo en lo más básico: la corrección. 

¿De verdad piensan que no nos importa? ¿Que leeremos igual aunque el texto esté lleno de fallos? Es frustrante sentir que quienes deberían cuidar la calidad del libro prefieren ahorrarse un corrector antes que ofrecer un producto digno.

Es una falta de respeto, así de simple.  Un desprecio silencioso pero evidente hacia el lector, que confía, que compra, que espera mínimos que antes eran incuestionables.  No hablamos de pequeños despistes inevitables: hablamos de libros que nadie se ha molestado en repasar.  Y ese descuido, convertido ya en costumbre en algunas editoriales, indigna y entristece a partes iguales. 

Luego nos quejamos de que la gente no sabe escribir, que sus textos son de baja calidad, pero es que leyendo es como se aprende a redactar, mejorar el estilo, incluso la ortografía... y los maestros son los libros; así serán los discípulos...

Un libro debería ser un objeto cuidado, trabajado, mimado. Y ver cómo se devalúa por pura dejadez editorial o porque prima el objetivo económico sobre el cultural duele profundamente.  

Yo estoy cansada de tener que aceptarlo como si fuese normal.

No lo es.

No debería serlo jamás.

23 nov 2025

La única lucha de gladiadores jamás narrada.

 


¿Sabías que solo conservamos un relato de una lucha de gladiadores?  

Efectivamente, se la debemos a Marcial. Fue escrito en torno al 80 d. C. Puede que fuese uno de los espectáculos que tuvieron lugar en el Coliseo durante la inauguración del edificio por parte de Tito, aunque podría ser posterior: quizás durante una segunda inauguración por parte de Domiciano.  Los especialistas no se ponen de acuerdo.

Dice así según la traducción de José Guillen para la editorial Institución Fernando el Católico:

Prolongando el combate Prisco, prolongándolo
Vero y estando igualado el valor de ambos
durante mucho tiempo, se pidió reiteradamente y a
grandes voces que se licenciase a los dos
combatientes; pero el César mismo se atuvo a su
propia norma: la norma era luchar, dejando los
escudos, hasta que uno de ellos levantase el dedo.
Hizo lo permitido: les dio varias veces fuentes [de
alimentos] y regalos. Sin embargo se llegó al fin
de un combate igualado: lucharon iguales, se
rindieron a la par. El César envió a uno y a otro el
bastón [de la licencia] y a uno y otro las palmas [de
la victoria].
Tal fue el premio de su valor denodado. Un hecho
semejante no se había visto sino en tu reinado, oh
César: que luchando dos, quedaron vencedores
ambos.

(Marcial, Libro de los espectáculos XXIX)

No sé si te has fijado en varios datos curiosos:

- Que para ser unas supuestas luchas tan sangrientas y violentas, el único texto que nos cuenta cómo era una lucha de gladiadores termina con la victoria de los dos gladiadores.

- Que los nombres de ambos contendientes tienen una interesante connotación: Prisco (o mejor dicho, Priscus) que significa "antiguo", y Vero (o Verus), que significa "verdad".  Curiosa casualidad y que la lucha entre ambos termine en tablas...

21 nov 2025

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16 nov 2025

¿Una venatio de una ballena en el puerto de Ostia?




No sabéis la cantidad de veces que he leído la afirmación de que en tiempos de Claudio se hizo una venatio de una orca en el puerto de Ostia, pero ¿es cierta esa afirmación? Veamos:

Durante el reinado del emperador Claudio (41‑54 d.C.), Roma vivía una época de grandes obras públicas y espectáculos extraordinarios. Entre ellas, el puerto de Ostia que fue objeto de una importante reforma y ampliación que modernizó la infraestructura portuaria.

Es en este contexto que Plinio el Viejo nos relata un episodio único: la aparición de un cetáceo durante las obras del puerto. Según Plinio, el animal quedó atrapado en una zona poco profunda del puerto mientras investigaba un naufragio de pieles traídas desde la Galia. Al quedar varado parcialmente, su enorme cuerpo se convirtió en un espectáculo para los presentes.

Nos cuenta Plinio en Naturalis Historia IX,  14‑15:

Orca et in portu Ostiensi visa est oppugnata a Claudio principe. Venerat tum exaedificante eo portum, invitata naufragiis tergorum advectorum e Gallia, satiansque se per complures dies alveum in vado sulcaverat, adtumulata fluctibus in tantum, ut circumagi nullo modo posset, et, dum saginam persequitur in litus fluctibus propulsam, emineret dorso multum super aquas carinae vice inversae.
Praetendi iussit Caesar plagas multiplices inter ora portus, profectusque ipse cum praetorianis cohortibus populo Romano spectaculum praebuit, lanceas congerente milite e navigiis adsultantibus, quorum unum mergi vidimus reflatu belvae oppletum unda.

En castellano:

"Y una orca fue vista en el puerto de Ostia y atacada por el príncipe Claudio. Había llegado mientras él estaba edificando aquel puerto, atraída por los naufragios de pieles traídas desde la Galia, y, tras saciarse durante varios días, había excavado un canal en el banco poco profundo; enterrada por las olas tanto, que de ningún modo podía girar, y mientras perseguía su alimento, que las olas impulsaban hasta la orilla, su lomo se elevaba mucho por encima de las aguas, como la quilla invertida de un barco. César ordenó tender numerosas redes entre las bocas del puerto, y él mismo partió con las cohortes pretorianas para ofrecer al pueblo romano un espectáculo: los soldados, empuñando lanzas desde los barcos que asaltaban, saltaban contra el animal; y vimos cómo uno de ellos se hundía por el reflujo, lleno de la ola expulsada por la bestia."

Es decir, que Claudio, como era habitual en los emperadores romanos, no desaprovechó la oportunidad. Ordenó que se instalaran redes y plataformas, y que sus soldados participaran en lo que Plinio describe como un espectáculo en el que el animal era acosado desde barcos, generando asombro entre los espectadores. El relato subraya el impacto visual y simbólico del suceso: demostrar el control imperial sobre la naturaleza y sobre un puerto recién construido.

Pero... ¿Fue realmente una orca la ballena varada en el puerto?

En el latín de Plinio, “orca” se refiere a un gran cetáceo depredador, pero no necesariamente a la especie moderna que llamamos orca. Puede haber confusión porque en la traducción al español o inglés moderno “orca” se asocia a Orcinus orca, pero lo más probable es que Plinio describiera cualquier gran cetáceo o “monstruo marino” del Mediterráneo que él conociera por observación o relato.

¿Qué ballenas podría haber sido la varada en el puerto?

Cuando Plinio el Viejo habla de la orca que apareció en el puerto de Ostia durante la construcción bajo Claudio, los romanos no distinguían con precisión las especies de cetáceos como lo hacemos hoy. Analizando la descripción, podemos hacer algunas hipótesis científicas:

1. Orca (Orcinus orca)

  • La palabra latina orca coincide con el nombre científico moderno “orca”.

  • Es un cetáceo dentado y depredador de gran tamaño (6–8 m), con dientes fuertes y comportamiento agresivo.

  • Su fuerza y tamaño encajan con la narración de Plinio: un animal capaz de sobresalir del agua y provocar que un barco se hundiera al desplazar agua con su respiración.

  • Es la opción más plausible según la evidencia y la descripción de Plinio.

2. Delfines grandes (Tursiops truncatus u otros delfines costeros)

  • Algunos delfines comunes pueden alcanzar hasta 4 m, pero vistos desde la perspectiva de los romanos y varados en aguas poco profundas, parecían enormes.

  • Su comportamiento puede ser activo y juguetón, aunque menos agresivo que el de una orca.

3. Cachalotes jóvenes (Physeter macrocephalus)

  • Los juveniles son posibles visitantes del Mediterráneo, pero es poco probable que entraran en un puerto poco profundo como Ostia.

  • Los adultos serían demasiado grandes y se alejarían de las costas.

4. Ballenas filtradoras (misticetos)

  • Es improbable que un rorcual o una ballena jorobada entrara en un puerto.

  • La descripción de un animal que se enfrenta a barcos sugiere un cetáceo dentado, no filtrador.

¿Por qué los romanos llamaban “orca” a estos animales?

Para los romanos, “orca” era cualquier gran pez o cetáceo depredador, no una especie definida.

Era un “monstruo marino” que inspiraba miedo y fascinación, perfecto para un espectáculo público.

Plinio mezcla observación directa con relatos de marineros, así que la exageración del tamaño y el comportamiento agresivo se debe a la perspectiva romana y al efecto dramático que buscaba en su relato.

Probablemente nunca sabremos con certeza qué tipo de cetáceo apareció en el puerto de Ostia; por ello, no deberíamos afirmar de forma tan categórica que se trataba de una orca.


2 nov 2025

Cuando excaven Picanya en el año 4025: arqueología de una DANA

Esta semana se ha cumplido un año del desastre que asoló mi pueblo. Hace un año de la barrancada de la DANA. ¿Os habéis preguntado cómo verán los arqueólogos este desastre natural dentro de 2000 años? Vamos a imaginarlo, y ver de forma muy rápida, algunos de los cambios más evidentes que dejarán su huella en el municipio.



Año 4025. En lo que un día fue la huerta valenciana, un grupo de arqueólogos excava los estratos de un antiguo municipio llamado Picanya. Entre las capas de tierra, detectan un nivel inusual: una franja compacta de barro, fragmentos de ladrillo, restos de asfalto y trazas de microplásticos.Lo datan en torno al otoño del año 2025 y lo relacionan con un episodio meteorológico extremo. Lo llaman “el estrato de la DANA”.

Esa capa contará, miles de años después, la historia de un instante. Un día el barranco que pasaba por la localidad se desbordó, las calles se convirtieron en cauces y el agua invadió casas, garajes y huertos. Desde el punto de vista arqueológico, aquel episodio dejó una cicatriz en el terreno. Esta cicatriz es una frontera visible entre el orden cotidiano y el caos del agua.

El registro geológico guardará la memoria de esa violencia. Capas de limo y arena arrastradas por la escorrentía, restos de materiales urbanos mezclados con tierra, huellas de erosión que cortan los niveles anteriores. Los análisis químicos revelarán concentraciones anómalas de microplásticos y metales pesados transportados por las aguas torrenciales.

PPara quienes excaven dentro de dos milenios, será evidente que ocurrió algo abrupto. Tal vez describan la capa como una discontinuidad sedimentaria antropogénica, o quizá (más poéticamente) como “la herida del agua”.

El entorno de Picanya también hablará. El barranco aparecerá con modificaciones. El análisis polínico mostrará un cambio repentino: semillas colonizaron los terrenos removidos.

La DANA no solo transformó el paisaje, sino también los objetos de la vida diaria.En los estratos más superficiales aparecerán utensilios domésticos, juguetes de plástico, fragmentos de muebles, cables, piezas de automóviles, baterías de litio y pantallas electrónicas inutilizadas por el agua.

Pero lo más interesante no será únicamente la destrucción. También será visible la reconstrucción, porque toda catástrofe deja, además de ruina, una nueva capa de actividad humana.

En las excavaciones del año 4025 se apreciará un cambio brusco en los materiales de construcción. Habrá cementos más densos, aislamientos modernos, garajes reforzados y redes de alcantarillado ampliadas.

Las viviendas mostrarán reformas generalizadas: baños y cocinas renovados, pavimentos nuevos, azulejos de diseño uniforme de mediados de la década de 2020.

Los arqueólogos encontrarán una oleada de coches con matrícula nueva, concentrada en el mismo periodo. Esto es evidencia de la pérdida del parque automovilístico arrasado por el agua.

Todo esto indicará una fase intensa de reconstrucción, una especie de "resiliencia material" que no pasará inadvertida.

Picanya, al reconstruirse, inscribió en su propio tejido urbano el recuerdo del desastre. Cada obra, cada muro recalzado, cada vehículo recién estrenado, fue parte de la respuesta a la DANA.

Dentro de dos mil años, Picanya no será solo una ciudad enterrada: será un relato fósil de nuestra época.

Entre el barro y el hormigón, entre el desastre y la reparación, los arqueólogos del futuro encontrarán algo profundamente humano: la necesidad de recomenzar.

La DANA de 2025 no desaparecerá en el silencio del tiempo. En los cimientos de Picanya quedará su doble huella: la del agua que arrasó y la del ser humano que reconstruyó. Capas de barro y cemento narrarán la misma historia: la lucha constante entre el clima y la cultura.