23 nov 2025

La única lucha de gladiadores jamás narrada.

 


¿Sabías que solo conservamos un relato de una lucha de gladiadores?  

Efectivamente, se la debemos a Marcial. Fue escrito en torno al 80 d. C. Puede que fuese uno de los espectáculos que tuvieron lugar en el Coliseo durante la inauguración del edificio por parte de Tito, aunque podría ser posterior: quizás durante una segunda inauguración por parte de Domiciano.  Los especialistas no se ponen de acuerdo.

Dice así según la traducción de José Guillen para la editorial Institución Fernando el Católico:

Prolongando el combate Prisco, prolongándolo
Vero y estando igualado el valor de ambos
durante mucho tiempo, se pidió reiteradamente y a
grandes voces que se licenciase a los dos
combatientes; pero el César mismo se atuvo a su
propia norma: la norma era luchar, dejando los
escudos, hasta que uno de ellos levantase el dedo.
Hizo lo permitido: les dio varias veces fuentes [de
alimentos] y regalos. Sin embargo se llegó al fin
de un combate igualado: lucharon iguales, se
rindieron a la par. El César envió a uno y a otro el
bastón [de la licencia] y a uno y otro las palmas [de
la victoria].
Tal fue el premio de su valor denodado. Un hecho
semejante no se había visto sino en tu reinado, oh
César: que luchando dos, quedaron vencedores
ambos.

(Marcial, Libro de los espectáculos XXIX)

No sé si te has fijado en varios datos curiosos:

- Que para ser unas supuestas luchas tan sangrientas y violentas, el único texto que nos cuenta cómo era una lucha de gladiadores termina con la victoria de los dos gladiadores.

- Que los nombres de ambos contendientes tienen una interesante connotación: Prisco (o mejor dicho, Priscus) que significa "antiguo", y Vero (o Verus), que significa "verdad".  Curiosa casualidad y que la lucha entre ambos termine en tablas...

21 nov 2025

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16 nov 2025

¿Una venatio de una ballena en el puerto de Ostia?




No sabéis la cantidad de veces que he leído la afirmación de que en tiempos de Claudio se hizo una venatio de una orca en el puerto de Ostia, pero ¿es cierta esa afirmación? Veamos:

Durante el reinado del emperador Claudio (41‑54 d.C.), Roma vivía una época de grandes obras públicas y espectáculos extraordinarios. Entre ellas, el puerto de Ostia que fue objeto de una importante reforma y ampliación que modernizó la infraestructura portuaria.

Es en este contexto que Plinio el Viejo nos relata un episodio único: la aparición de un cetáceo durante las obras del puerto. Según Plinio, el animal quedó atrapado en una zona poco profunda del puerto mientras investigaba un naufragio de pieles traídas desde la Galia. Al quedar varado parcialmente, su enorme cuerpo se convirtió en un espectáculo para los presentes.

Nos cuenta Plinio en Naturalis Historia IX,  14‑15:

Orca et in portu Ostiensi visa est oppugnata a Claudio principe. Venerat tum exaedificante eo portum, invitata naufragiis tergorum advectorum e Gallia, satiansque se per complures dies alveum in vado sulcaverat, adtumulata fluctibus in tantum, ut circumagi nullo modo posset, et, dum saginam persequitur in litus fluctibus propulsam, emineret dorso multum super aquas carinae vice inversae.
Praetendi iussit Caesar plagas multiplices inter ora portus, profectusque ipse cum praetorianis cohortibus populo Romano spectaculum praebuit, lanceas congerente milite e navigiis adsultantibus, quorum unum mergi vidimus reflatu belvae oppletum unda.

En castellano:

"Y una orca fue vista en el puerto de Ostia y atacada por el príncipe Claudio. Había llegado mientras él estaba edificando aquel puerto, atraída por los naufragios de pieles traídas desde la Galia, y, tras saciarse durante varios días, había excavado un canal en el banco poco profundo; enterrada por las olas tanto, que de ningún modo podía girar, y mientras perseguía su alimento, que las olas impulsaban hasta la orilla, su lomo se elevaba mucho por encima de las aguas, como la quilla invertida de un barco. César ordenó tender numerosas redes entre las bocas del puerto, y él mismo partió con las cohortes pretorianas para ofrecer al pueblo romano un espectáculo: los soldados, empuñando lanzas desde los barcos que asaltaban, saltaban contra el animal; y vimos cómo uno de ellos se hundía por el reflujo, lleno de la ola expulsada por la bestia."

Es decir, que Claudio, como era habitual en los emperadores romanos, no desaprovechó la oportunidad. Ordenó que se instalaran redes y plataformas, y que sus soldados participaran en lo que Plinio describe como un espectáculo en el que el animal era acosado desde barcos, generando asombro entre los espectadores. El relato subraya el impacto visual y simbólico del suceso: demostrar el control imperial sobre la naturaleza y sobre un puerto recién construido.

Pero... ¿Fue realmente una orca la ballena varada en el puerto?

En el latín de Plinio, “orca” se refiere a un gran cetáceo depredador, pero no necesariamente a la especie moderna que llamamos orca. Puede haber confusión porque en la traducción al español o inglés moderno “orca” se asocia a Orcinus orca, pero lo más probable es que Plinio describiera cualquier gran cetáceo o “monstruo marino” del Mediterráneo que él conociera por observación o relato.

¿Qué ballenas podría haber sido la varada en el puerto?

Cuando Plinio el Viejo habla de la orca que apareció en el puerto de Ostia durante la construcción bajo Claudio, los romanos no distinguían con precisión las especies de cetáceos como lo hacemos hoy. Analizando la descripción, podemos hacer algunas hipótesis científicas:

1. Orca (Orcinus orca)

  • La palabra latina orca coincide con el nombre científico moderno “orca”.

  • Es un cetáceo dentado y depredador de gran tamaño (6–8 m), con dientes fuertes y comportamiento agresivo.

  • Su fuerza y tamaño encajan con la narración de Plinio: un animal capaz de sobresalir del agua y provocar que un barco se hundiera al desplazar agua con su respiración.

  • Es la opción más plausible según la evidencia y la descripción de Plinio.

2. Delfines grandes (Tursiops truncatus u otros delfines costeros)

  • Algunos delfines comunes pueden alcanzar hasta 4 m, pero vistos desde la perspectiva de los romanos y varados en aguas poco profundas, parecían enormes.

  • Su comportamiento puede ser activo y juguetón, aunque menos agresivo que el de una orca.

3. Cachalotes jóvenes (Physeter macrocephalus)

  • Los juveniles son posibles visitantes del Mediterráneo, pero es poco probable que entraran en un puerto poco profundo como Ostia.

  • Los adultos serían demasiado grandes y se alejarían de las costas.

4. Ballenas filtradoras (misticetos)

  • Es improbable que un rorcual o una ballena jorobada entrara en un puerto.

  • La descripción de un animal que se enfrenta a barcos sugiere un cetáceo dentado, no filtrador.

¿Por qué los romanos llamaban “orca” a estos animales?

Para los romanos, “orca” era cualquier gran pez o cetáceo depredador, no una especie definida.

Era un “monstruo marino” que inspiraba miedo y fascinación, perfecto para un espectáculo público.

Plinio mezcla observación directa con relatos de marineros, así que la exageración del tamaño y el comportamiento agresivo se debe a la perspectiva romana y al efecto dramático que buscaba en su relato.

Probablemente nunca sabremos con certeza qué tipo de cetáceo apareció en el puerto de Ostia; por ello, no deberíamos afirmar de forma tan categórica que se trataba de una orca.


2 nov 2025

Cuando excaven Picanya en el año 4025: arqueología de una DANA

Esta semana se ha cumplido un año del desastre que asoló mi pueblo. Hace un año de la barrancada de la DANA. ¿Os habéis preguntado cómo verán los arqueólogos este desastre natural dentro de 2000 años? Vamos a imaginarlo, y ver de forma muy rápida, algunos de los cambios más evidentes que dejarán su huella en el municipio.



Año 4025. En lo que un día fue la huerta valenciana, un grupo de arqueólogos excava los estratos de un antiguo municipio llamado Picanya. Entre las capas de tierra, detectan un nivel inusual: una franja compacta de barro, fragmentos de ladrillo, restos de asfalto y trazas de microplásticos.Lo datan en torno al otoño del año 2025 y lo relacionan con un episodio meteorológico extremo. Lo llaman “el estrato de la DANA”.

Esa capa contará, miles de años después, la historia de un instante. Un día el barranco que pasaba por la localidad se desbordó, las calles se convirtieron en cauces y el agua invadió casas, garajes y huertos. Desde el punto de vista arqueológico, aquel episodio dejó una cicatriz en el terreno. Esta cicatriz es una frontera visible entre el orden cotidiano y el caos del agua.

El registro geológico guardará la memoria de esa violencia. Capas de limo y arena arrastradas por la escorrentía, restos de materiales urbanos mezclados con tierra, huellas de erosión que cortan los niveles anteriores. Los análisis químicos revelarán concentraciones anómalas de microplásticos y metales pesados transportados por las aguas torrenciales.

PPara quienes excaven dentro de dos milenios, será evidente que ocurrió algo abrupto. Tal vez describan la capa como una discontinuidad sedimentaria antropogénica, o quizá (más poéticamente) como “la herida del agua”.

El entorno de Picanya también hablará. El barranco aparecerá con modificaciones. El análisis polínico mostrará un cambio repentino: semillas colonizaron los terrenos removidos.

La DANA no solo transformó el paisaje, sino también los objetos de la vida diaria.En los estratos más superficiales aparecerán utensilios domésticos, juguetes de plástico, fragmentos de muebles, cables, piezas de automóviles, baterías de litio y pantallas electrónicas inutilizadas por el agua.

Pero lo más interesante no será únicamente la destrucción. También será visible la reconstrucción, porque toda catástrofe deja, además de ruina, una nueva capa de actividad humana.

En las excavaciones del año 4025 se apreciará un cambio brusco en los materiales de construcción. Habrá cementos más densos, aislamientos modernos, garajes reforzados y redes de alcantarillado ampliadas.

Las viviendas mostrarán reformas generalizadas: baños y cocinas renovados, pavimentos nuevos, azulejos de diseño uniforme de mediados de la década de 2020.

Los arqueólogos encontrarán una oleada de coches con matrícula nueva, concentrada en el mismo periodo. Esto es evidencia de la pérdida del parque automovilístico arrasado por el agua.

Todo esto indicará una fase intensa de reconstrucción, una especie de "resiliencia material" que no pasará inadvertida.

Picanya, al reconstruirse, inscribió en su propio tejido urbano el recuerdo del desastre. Cada obra, cada muro recalzado, cada vehículo recién estrenado, fue parte de la respuesta a la DANA.

Dentro de dos mil años, Picanya no será solo una ciudad enterrada: será un relato fósil de nuestra época.

Entre el barro y el hormigón, entre el desastre y la reparación, los arqueólogos del futuro encontrarán algo profundamente humano: la necesidad de recomenzar.

La DANA de 2025 no desaparecerá en el silencio del tiempo. En los cimientos de Picanya quedará su doble huella: la del agua que arrasó y la del ser humano que reconstruyó. Capas de barro y cemento narrarán la misma historia: la lucha constante entre el clima y la cultura.

26 oct 2025

Cuando los romanos también debían cambiaban la hora, pero no lo sabían





Esta noche hemos movido las manecillas del reloj una hora, pero en la Antigüedad, el sol y las estrellas ya se encargaban de hacerlo por nosotros.

Cuenta Plinio el Viejo que...

El obelisco del Campo de Marte, obra de Sesostris, mide 2,7 metros menos. Está cubierto de inscripciones que relatan las antiguas teorías egipcias sobre las ciencias naturales, un testimonio fascinante de cómo aquellos sabios entendían el mundo.

El del Campo de Marte tuvo además un uso muy especial: el emperador Augusto lo convirtió en un reloj solar monumental. Hizo colocar un gran pavimento a la distancia justa para que, al mediodía del solsticio de invierno, la sombra del obelisco coincidiera exactamente con una línea marcada en el suelo. Sobre ese pavimento se dispusieron varillas de bronce que permitían medir, día a día, cómo la sombra se acortaba o se alargaba con el paso de las estaciones.

El ingenioso diseño se debía al matemático Novius Facundus, quien incluso añadió en la punta del obelisco una bola dorada. Gracias a ella, la sombra se proyectaba con mayor precisión; sin ese detalle, la delgada punta habría producido una sombra poco definida. Se cuenta que Facundus tuvo la idea observando algo tan sencillo como la sombra que proyecta la cabeza humana bajo el sol.

Hace unos treinta años que las mediciones del obelisco ya no coinciden con el calendario solar. Nadie sabe con certeza por qué. Algunos creen que el propio curso del sol ha cambiado, como si algo hubiera alterado el comportamiento del cielo. Otros piensan que fue la Tierra misma la que se movió ligeramente de su posición, un fenómeno que, dicen, también se ha observado en otros lugares.

Hay quien ofrece explicaciones más terrenales: los terremotos podrían haber desplazado el pozo sobre el que se alza el obelisco, o las inundaciones del Tíber haber hecho que el suelo se hundiera un poco, pese a que los cimientos se construyeron con una profundidad igual a la altura del propio monumento.

Plinio el Viejo Historia Natural XXXVI, 73-73


El reloj solar de Augusto, conocido como Horologium Augusti, se alzaba en pleno Campo de Marte, una vasta explanada situada al norte del centro de Roma que, en tiempos de la República, había servido como terreno militar y espacio de entrenamiento. Con Augusto, el lugar se transformó en un auténtico santuario del poder imperial: allí se levantaron el Ara Pacis, dedicado a la paz traída por su gobierno, y el Mausoleo de Augusto, su tumba familiar. El reloj, con su obelisco egipcio como gnomon, completaba este conjunto simbólico donde el tiempo, la paz y la eternidad se fundían en piedra.






El obelisco proyectaba su sombra sobre un amplio pavimento de mármol trazado con líneas y marcas que indicaban los días, los meses y las estaciones. En el solsticio de invierno, la sombra coincidía exactamente con el Ara Pacis, como si el propio sol rindiera homenaje al emperador y a la paz que había instaurado. Aquel dispositivo, mezcla de ciencia y propaganda, convertía el movimiento del astro en un discurso político visible: Augusto dominaba no solo Roma, sino también el tiempo.






Con el paso de los siglos, el suelo del Campo de Marte se fue cubriendo de sedimentos y los restos del reloj quedaron sepultados. Hoy, fragmentos de su pavimento aún pueden verse cerca de la Vía del Corso, junto a la iglesia de San Lorenzo in Lucina, recordando aquel ambicioso proyecto en el que el sol servía al emperador como instrumento de poder y medida del mundo.

No consta en ninguna fuente antigua que el reloj llegara a reajustarse o modificarse para corregir ese desfase. No se conservan noticias de que los emperadores posteriores ordenaran recalibrarlo. Todo parece indicar que, cuando el mecanismo dejó de funcionar con precisión, se abandonó su uso práctico. Sin embargo, el obelisco y su simbolismo se mantuvieron como monumento con valor ideológico y decorativo.



19 oct 2025

Los gladiadores de la antigua Roma no eran deportistas: 15 razones para desterrar el mito




En las películas y documentales solemos ver a los gladiadores como si fueran los “deportistas” de la Roma antigua. En muchos los comparan con futbolistas u otros deportistas de élite, famosos y ricos. Pero es un gran error. Aunque los gladiaodres entrenaban duro, tenían público, fama y hasta seguidores, en realidad, lso espectáculos de los anfiteatros estaban muy lejos de ser un deporte. Aquí te doy 15 razones (hay muchas más, estas son las más obvias) para que etiendas los motivos:

1. No había igualdad entre los contrincantes:

Algunos gladiadores eran veteranos experimentados y otros apenas sabían manejar un arma. A veces se enfrentaban tipos de lucha muy desiguales. En un deporte real, eso sería impensable.

2. No existían reglas fijas ni árbitros imparciales:

Auque probablemente había una normativa general, es probable que cada organizador deciciera las reglas. Lo que valía en un anfiteatro podía no valer en otro. No había árbitros neutrales ni comités que velaran por la justicia del combate.

3. El objetivo era el espectáculo, no la competición:

La lucha no servía para ver quién era mejor, sino para entretener al público y glorificar al organizador. Lo importante era la emoción y la sangre, no el resultado.

4. Muchos combatían obligados:

Parte de los gladiadores eran esclavos, prisioneros o condenados. No participaban por pasión ni vocación deportiva, sino porque no tenían elección.

5. El riesgo de morir era real:

En el deporte se busca la victoria, no la muerte. En la arena, morir era parte del juego y del atractivo del espectáculo, aunque no todos los combates terminaran con este final.

6. No existía el espíritu deportivo:

No había respeto mutuo ni reglas de caballerosidad. El público pedía sangre, y los organizadores se la daban. Lo que hoy llamaríamos "juego limpio" brillaba por su ausencia.

7. El anfiteatro como contacto con el poder:

Cuando la política ya no pasaba por las urnas, el anfiteatro era el lugar donde los políticos se mostraban al pueblo, daban favores y buscaban apoyo. Más espectáculo político que deporte.

8. El público decidía quién vivía y quién moría:

En muchos casos, el destino del gladiador vencido dependía del pulgar del público o del organizador. ¿Te imaginas un partido donde los espectadores decidan si el perdedor muere?

9. Los gladiadores eran de clase baja o esclavos:

Mientras que los atletas griegos eran ciudadanos libres y honorables, los gladiadores eran considerados infames, sin derechos ni prestigio social.

10. Nadie los admiraba como héroes:

Aunque algunos se ganaban cierta fama, socialmente eran despreciados. Ser gladiador no era motivo de orgullo, sino de vergüenza.

11. El entrenamiento no buscaba superación personal:

Los gladiadores entrenaban para matar mejor o sobrevivir más tiempo, no para batir récords o mejorar técnicas por gusto o mérito propio.

12. No había campeonatos ni ligas:

No existían torneos organizados ni clasificaciones. Cada combate era un espectáculo independiente, preparado según los gustos del momento.

13. Su origen era funerario:

Los primeros combates se hacían para honrar a los muertos con ofrendas de sangre. Nada que ver con la idea de deporte o celebración atlética.

14. El cuerpo era una herramienta de consumo:

El gladiador no representaba la belleza ni la salud, sino la resistencia al dolor y el valor ante la muerte. Su cuerpo era parte del espectáculo, una mercancía visual.

15. Se borraba su identidad:

En la arena, dejaban de ser personas. Se convertían en tipos: murmillo, retiarius, secutor… Eran personajes, no individuos. El público no veía hombres, sino máscaras de combate.


La gladiatura no era un juego, ni un deporte, ni un simple entretenimiento: era un instrumento de poder. Cada combate, cada herida y cada muerte servían para recordar quién gobernaba y para mantener bajo control a la población. El anfiteatro se convertía en un espacio donde la violencia no solo se mostraba, sino que se celebraba como espectáculo público.

En pocas palabras, la arena era teatro, política y violencia concentrados. El espíritu deportivo, basado en respeto, igualdad y superación, estaba totalmente ausente. Lo que Roma admiraba no era al atleta, sino al gladiador que podía morir para entretener y reforzar el poder.


10 ago 2025

Reflexión personal: El peligroso uso de las fuentes en el mundo antiguo. El ejemplo de Roma.




Estoy leyendo un libro en estos momentos que me ha dado qué pensar.  No es que este libro sea una excepción, es más bien uno más de muchos, pero debe ser que estos calores han recalentado mi cerebro, que se ha puesto él solito a elucubrar.

Cuando leo divulgación o ciencia, da igual, siempre me encuentro con varios elementos que yo intento desligar (aunque no siempre es fácil).  Hay muchos más, pero estos son especialmente llamativos:

- Por un lado, englobar Grecia y Roma en las argumentaciones para crear paradigmas, como si "mundo grecorromano" fuese una realidad cuando es un concepto creado posteriormente.

- Por otro, utilizar las fuentes de forma indiscriminada, sin tener en cuenta qué tipo de fuente es, qué objetivos tiene y el contexto en el que se escribió.

- Un tercero, no tener en cuenta el momento en que se produce un hecho (ya no digamos el contexto en que se escribe ese hecho) que se utiliza para cualquier momento histórico posterior, como si la historia no evolucionase y, en el caso de Roma, fuese completamente inmovilista.

Me explico, o al menos voy a intentarlo. Lo que voy a contar es complejo a la hora de hacerme entender...

Sobre el primer punto, hablar de Grecia y Roma (como si ambas fuesen lo mismo), ya sea sobre política, religión, cultura, arte o historia, o lo que sea, lo considero un enorme error porque nos está dando datos que nada tienen que ver con la realidad.  Pongamos un ejemplo actual: imaginemos que dentro de 2000 años se estudia la historia de nuestro país, y que, como son pocos los datos que se tienen porque se ha perdido la mayoría de la información, se toman los de otros países que han estado en contacto con nosotros. Así, para hablar de España, cogemos información de Portugal o Francia, de los que tampoco ha llegado mucha información.  De manera que hacemos un libro de divulgación sobre España, pero cuando nos falta algo, tenemos una laguna o un agujero, lo tomamos de cualquiera de los otros dos países por el mero hecho de ser vecinos y de que en algún momento hubo una conquista o una relación constante entre nosotros. La historia de España estaría falseada, ¿verdad? Entonces, ¿por qué lo hacemos con Grecia y Roma? Y, vamos más allá, si lo hacemos con estos dos lugares, ¿por qué no lo hacemos también con Egipto, con Cartago...? La respuesta es muy simple: arrastramos un helenocentrismo decimonónico que deberíamos comenzar a olvidar.  Si tenemos pocos datos textuales de Roma, centrémonos en lo que tenemos y utilicemos lo que sabemos a ciencia cierta.  Además, debemos utilizar al mismo nivel la arqueología y darle el mismo peso que a una fuente.  Lo mismo respecto a Grecia.  Dejemos de hacer un todo en uno y olvidémonos de generalizar, porque es un tremendo error que nos da datos que no son correctos. Un ejemplo muy simple: considerar las leyendas como historia; no, Rómulo no existió, fue uno de esos elementos que los "historiadores" adoptaron para defender su genealogía. 

Sobre el segundo punto que comento más arriba. Creo que es un error no tener en cuenta la tipología de fuentes. Comencemos partiendo de que lo que nosotros llamamos historiadores no lo son; son más bien una especie de "cronistas". Un historiador no es solo aquella persona que habla de historia, sino aquel que intenta hacerlo de la forma más objetiva posible. Además, tiene una formación adecuada para poder acercarse a un hecho histórico desde un conocimiento de las herramientas, lo que se llama una metodología científica.  Los romanos no estaban formados, no se acercaban a las fuentes anteriores a ellos de forma crítica, ni tenían criterio a la hora de hacerlo.  Lo que hacían era escribir una "historia" que les beneficiaba políticamente, así que, o manipulaban los datos o recogían aquellos que les eran útiles. 

Por otro lado, no podemos dar la misma verosimilitud a uno de esos autores, llamémoslos "historiadores", que a un satírico o a un poeta. Cierto que todos hablan del momento en el que viven y que algunos datos pueden ser interesantes, pero siempre hay que tener en cuenta, a la hora de estudiarlos y analizarlos, que pesa mucho en sus textos tanto su personalidad, sus vivencias y su idiosincrasia como el público al que eran dirigidos estos escritos. Así que cuidado, porque probablemente el dato que estamos tomando de estos autores no puede tener el peso que le estamos dando en nuestra argumentación como historiadores. 

Por último, otro error tremendo es utilizar un dato histórico para generalizar en el resto del periodo que estamos analizando. Me explico: no podemos tomar el dato anecdótico (y generalizarlo para toda la historia de las romanas) de que Augusto promulgó una ley X que daba ciertos derechos.  Conocemos el dato de la ley, cierto, pero no el que nos cuenta hasta cuándo perduró y si alguno de los emperadores que lo siguieron la tuvo en cuenta o se la saltó. Este es un ejemplo, pero hay muchos más. Quien habla de ley habla de cualquier otro aspecto de la vida cotidiana, de la política, del arte o de la religión. 

Y a todo ello se añade que entonces, como hoy, hay millones de personas con sus propias ideas, personalidades y formas de vida, y que todo ello podía afectar no solo a la microhistoria, también, de forma global, a la macrohistoria, que parece que cuando hablamos del mundo romano lo hacemos de arquetipos o modelos inmovilistas. Que analizamos a aquellos antiguos romanos como si jugásemos a un juego infantil de esos de encajar piezas. 





Puede que pienses que esto solo puede afectar a los que estudiamos y escribimos sobre historia del mundo antiguo, pero si eres lector o aficionado al conocimiento de los pueblos del Mediterráneo, deberías tener también en cuenta estos datos cuando te enfrentes a la lectura de un libro. La historia del mundo antiguo es mucho más compleja de lo que parece porque carecemos de datos y, repito porque ya lo he dicho más arriba, utilizar y generalizar algunos de ellos nos está dando una imagen errónea de cómo era la realidad. 



13 jul 2025

Exposición "venerades i temudes"

Venerades i temudes (Foto propia)

La exposición “Venerades i temudes. El poder femenino en el arte y las creencias” hace un recorrido de unos 5 000 años. Analiza cómo la figura femenina ha sido un elemento tanto sagrado como lo temido. Nosotras hemos sido desde diosas y espíritus hasta santas y demonios.

En esta publicación solo voy a subir algunas (hay muchas más) fotos relacionadas con el Mediterráneo antiguo. También hay de otros pueblos y culturas que no aparecen aquí.

Figuras femeninas. Islas Cícladas. Mármol. 2400-2500 a. C. (Foto propia)

La exposición ha sido organizada por CaixaForum en colaboración con el British Museum. En ella podemos ver más de 150 piezas, todas relacionadas con la figura femenina. La cronología abarca desde épocas paleolíticas hasta el arte contemporáneo.

Sacerdotisa de Deméter. Eleusis. Mármol. 370-360 a. C. (Foto propia)

Se divide en cinco secciones temáticas:

1. Creación y naturaleza

2. Pasión y deseo

3. Magia y maldad

4. Justicia y defensa

5. Compasión y salvación

Venus. Italia. Mármol. 100-150 d. C. (Foto propia)


Cada sección combina obras históricas (como estatuas de Kali, amuletos egipcios o Sheela‑na‑gig irlandesas) con piezas actuales de artistas como Ana Mendieta, Zanele Muholi o Cristina Lucas.

Ishtar. Irak. Arcilla pintada. 1750 a. C. (Foto propia)

El objetivo es explorar si las representaciones femeninas cambian, o no, a lo largo del tiempo.

Cupido. Italia. Mármol. 100-200 d. C. (Foto propia)

Figuras potentes como Ishtar, Lilith o Sekhmet representan la dualidad vida‑muerte, creación‑destrucción.

Devoto de Isis. Roma. Mármol. 150-200 d. C. (Foto propia)

La sala de Magia y maldad cuestiona la figura histórica de la bruja: misteriosa, peligrosa, pero también sabia y liberadora.

Jarrón con imagen nupcial. Italia. Cerámica pintada. 340-320 a. C. (Foto propia)

En Justicia y defensa, destacan esculturas de Kali y performances como “Habla” de Cristina Lucas, que rompen con patrones patriarcales.



Medusa. Terracota. Italia. c. 500 a. C. (Foto propia)


La última sección vincula figuras como la Virgen María con deidades compasivas y modernas reinterpretaciones con hilo de bordar de Tania Berta Judith.


Hecate. Italia. Mármol. 161-200 d. C. (Foto propia)

Una exposición que no solo muestra arte, sino que provoca preguntas sobre género, identidad, colonialismo y género no binario.

Minerva. Italia. Mármol. 1-160 d. C. (Foto propia)


Advertencia: Para poder ver, disfrutar y entender en profundidad la explicación, es necesario dedicarle mínimo 2 horas.

Datos de la exposición:

Lugar: Caixaforum de Valencia, del 8 de mayo al 31 de agosto de 2025.

Precio: 6 €, gratis para menores de 16 años y clientes Caixabank.












6 jul 2025

¿Qué hicieron los íberos por los romanos?

 


A petición de un seguidor de Instagram, hoy voy a cambiar la épica pregunta de La vida de Brian, aquella ya mítica "¿qué han hecho los romanos por nosotros?". Hoy va a ser "¿Qué hicieron los íberos por los romanos?".

Fue mucho lo que el pueblo íbero aportó al pueblo romano durante el proceso de conquista y romanización (siglos III a. C. al I d. C.). Hubo elementos culturales, militares, económicos y religiosos.

Aquí os dejo unos cuantos, porque ya se sabe que "para prueba un botón" (unos pocos, esta vez). Por supuesto, hubo mucho más, pero para profundizar en el tema os dejo alguna lectura al final de esta publicación. Esto solo es una pequeña introducción. 

Comencemos con la influencia militar. Por un lado, tácticas y armas. El armamento íbero, la falcata como arma por excelencia, el soliferrum y su agilidad con la infantería ligera fueron valorados muy positivamente por Roma. Si tomamos como ejemplo la falcata, hemos encontrado su utilización en yacimientos de época imperial. En Valeria, Uxama, Cerro de las Cabezas y Collado de los Jardines, lo que indica continuidad en el uso de este arma tradicional entre los soldados indígenas o auxiliares hispanos.


Tanto destacaron los guerreros íberos que se les incorporó a las legiones como auxiliares. Sabemos de su presencia, por ejemplo, en la Batalla de Zama (202 a. C.), cuando Escipión el Africano utilizó tropas íberas contra Aníbal y Sertorio, o en la expedición en Hispania (siglo I a. C.), cuando se rodeó de tropas íberas que actuaban como exploradores.

Sin olvidarnos de otro de los elementos característicos del mundo militar íbero: la caballería. Esta tenía fama de ser eficaz y veloz, y también fue integrada en las campañas romanas. Pongo solo un ejemplo; hay más. Tito Livio menciona "equites Hispani" integrados en el ejército romano.

También hubo aportes artísticos y artesanales. La cerámica y la orfebrería, por ejemplo. Los íberos dominaban estas técnicas y fue mucha su influencia en la producción local romana en Hispania. Y obvio es el caso de la escultura funeraria; recordemos la Dama de Elche o la Dama de Baza, que influenciaron en el arte provincial romano.

Pondré solo un par de ejemplos concretos. Los más interesantes y llamativos. La cerámica pintada de estilo ibérico orientalizante persistió en la cerámica común hispanorromana, especialmente en la terra sigillata hispánica tardía (siglos I–III d.C.), con imitaciones locales de formas y motivos. O las lucernas de época imperial aparecidas en Saguntum o Ilici que tenían motivos decorativos que recuerdan al repertorio íbero: toros, guerreros o símbolos solares. No podemos olvidar el tesorillo de Mairena del Alcor (Sevilla), datado en el siglo I d. C., es decir, época plenamente romana, formado por joyas con motivos y técnicas del repertorio ibérico anterior: espirales, amuletos y figuras de animales.



La religión y los ritos es otro elemento en el que podemos encontrar influencia íbera en hispanorromanos. Roma también adoptó y reinterpretó (sincretismo) algunas divinidades íberas, integrándolas en su panteón provincial. Y por supuesto se asimilaron prácticas funerarias locales. Además de que, algunos de los santurarios prerromanos siguieron activos durante siglos bajo dominio romano, eso sí, adaptados.

Sobre divinidades, tenemos conocimiento de que el dios Endovélico, adorado en la Bética, especialmente en Lusitania, fue asimilado al dios Apolo y también a Esculapio por su carácter sanador. El templo más famoso es el santuario rupestre de São Miguel da Mota (Alentejo, Portugal), que fue romanizado en época imperial (siglo I d. C.) y las más de 100 inscripciones votivas en latín que se han encontrado lo prueban. ¿Más ejemplos? Ataecina, Cosus, Eke-ko, Betatun, Borea... y unos cuantos dioses más.


Respecto a la agricultura y la economía. Los romanos aprovecharon el conocimiento local en minería (plomo, plata, hierro) y técnicas agrícolas. El cultivo del olivo, vides y cereales que ya estaban adaptados al clima ibérico. Y no podemos olvidarnos de las rutas comerciales que ya estaban bien establecidas antes de la llegada de Roma a la península ibérica y que facilitaron la integración económica de Hispania en el Imperio.

Los oppida, ciudades fortificadas íberas (Ullastret, Cástulo, Edeta o Basti son algunos ejemplos, hay más), sirvieron de base para fundaciones romanas o para la planificación urbana romana en Hispania. La aristocracia íbera colaboró con Roma, accediendo a cargos en la administración y facilitando la romanización.



Otro elemento muy importante, el del lenguaje y los nombres, también tuvo su papel en ese aporte al mundo romano. Aunque el íbero desapareció como lengua, perduró en topónimos y antropónimos. ¿Algunos ejemplos? Aquí tienes algunos que se cree que podrían tener un origen íbero:

Topónimos como Ilerda, Iliberri, Segóbrica, Calagurris, Uxama. Nombres de ríos como Iberus, Segura, Sucro, Turia. Nombres de persona: Indíbil, Mandonio, Orisón, Teutales, Belsem. Y otras muy curiosas como murgaño, perro, urraca, barro, zamarra, calabaza o pizarra también se cree que podrían tener un origen íbero y que posiblemente terminaron incorporándose a la lengua latina en su versión vulgar.

Si quieres saber más, aquí te dejo unos libros:

  • Ruiz Zapatero, G. (2006). Romanización y resistencias en el mundo ibérico. Crítica.
  • Blázquez Martínez, J. M. (1995). La romanización I. Istmo.
  • Ministerio de Cultura. (1983). Los íberos: [exposición]. Ministerio de Cultura, Dirección General de Bellas Artes y Archivos.

Fotos: Wikimedia Commons menos la de La vida de Brian que pinchando en ella aparece el lugar de dónde la he descargado.




29 jun 2025

¿Podía un hombre libre convertirse en esclavo en la antigua Roma?


¿Nunca os lo habéis preguntado?  ¿Podía un romano libre convertirse en esclavo?  

La respuesta es complicada. Sabemos que hubo casos en los que sí, que una persona libre fue vendida como esclava.  Tres podían ser los casos:

- Por engaño

- Por castigo

- Por necesidad extrema

Aunque las leyes romanas intentaban proteger a los ciudadanos libres, no siempre funcionaba eficazmente y en la práctica las cosas eran muy diferentes.



Casos llamativos fueron, por ejemplo el de San Patricio (siglo V d. C.). Patricius era un joven britano libre capturado por piratas irlandeses y vendido como esclavo en Irlanda.  Su caso no era el único.  Los piratas campaban a sus anchas por los mares y estos hacían incursiones a las poblaciones portuarias, además de atacar a los barcos en alta mar. 

Conocemos, por ejemplo, del caso de Julio César, que cuando era joven fue capturado por piratas cilicios cerca de la isla de Farmacusa (mar Egeo).  Los piratas desconocían su identidad por lo que no sabían era un noble importante.  Lo mantuvieron cautivo 38 días y pidieron por él un rescate.  No llegó a ser vendido como esclavo, pero ese era el destino habitual en este tipo de casos.  Tras su liberación, César los persiguió, capturó y crucificó, cumpliendo lao que les había prometido en broma mientras estaba cautivo.  Puedes leer su historia completa en Plutarco, Vida de César.

Otro ejemplo es el de Publius Rutilius Rufus.  La historia de este personaje nos la cuenta Floro en su Epitome (2, 4, 7) y Apiano en Guerras Civiles (1, 28).  Rufus fue cónsul en el 105 a. C. Fue víctima de una persecución política y enviado al exilio.  En Asia, fue capturado por los piratas, que lo vendieron como esclavo.  Fue comprado por un ciudadano romano que reconoció su estatus y lo liberó.


Otro motivo por el que un libre podía ser vendido como esclavo era cuando se trataba de un fraude y sabemos que Adriano emitió edictos para castigar a los que vendían personas libres como esclavos, lo que indica que se trataba de un problema real. Se documentan casos en el Digesto de Justiniano como el de Lucius Ritius, libre que fue vendido por tal Saeius como esclavo, y luego reclamó su libertad.  La referencia está en el Digesto 40.12.23, donde se indica que si alguien libre era vendido como esclavo, podía reclamar su estatus y el vendedor sería castigado.

Casos de ventas de libres se documentan en el teatro.  Obviamente no son fuentes históricas como tales, pero las obras de teatro eran un termómetro de la época en la que eran escritas, puesto que reflejaban aquellos temas que preocupaba a los espectadores y realidades sociales conocidas.  Así, en la obra de Plauto, Los Cautivos, se plantea la historia de un joven libre que acaba esclavizado por error.

Un hombre libre también podía ser esclavizado por deudas o como castigo.  La nexum o esclavitud por deudas fue abolida en la República tardía. Esta permitía que un ciudadano libre quedara en servidumbre temporal.  Hay autores como Livio (Ab urbe condita II) que relatan casos de ciudadanos empobrecidos que acababan vendido ilegalmente por acreedores abusivos.  Como el de un veterano romano que, tras no poder pagar sus deudas, fue retenido y humillado como si fuera esclavo.


El último caso es el de los niños libres que eran vendidos por sus padres.  Aunque estaba prohibido, se sabe que durante épocas de crisis, había padres desesperados que vendían a sus hijos.  Algunos casos aparecen comentados en textos legales y de juristas como Ulpiano. Hay ejemplos epigráficos, pocos, pero los hay, aunque están envueltos en una ambigüedad jurídica.  Algunas lo indican de forma indirecta o se puede entender por contexto.

Tenemos el ejemplo de Marcus Aurelius Felix (AE 1998, 116) encontrada en el santuario de Leukios Basielus (Polonia) datada entre los siglos II-III d. C.  Felix, un antiguo esclavo dedica una inscripción al dios Leukios Basileus, agradeciendo haber recuperado su liberta.  En ella se identifica como libertus qui in pueritia sua a pertentibus suis venditus est (liberto que en su infancia fue vendido por sus padres).  Hay casos de niños muertos como esclavos pero que tienen el tria nomina lo que sugiere que debieron nacer libres y luego fueron esclavizados, ¿vendidos? ¿capturados? Como es el caso de Gaius Iulius Felix (CIL VIII, 27544) muerto a los 10 años, identificado como servus, pero con nomenclatura de ciudadano.  




También existen los casos de etiquetas halladas en mercados o puertos como el de Delos o Pompeya  que describen a niños a la venta con indicios de origen no esclavo puesto que no aparecen natus servus o un patronímico de dueño.  

Juristas como Ulpiano y Paulo (Digesto) citan casos de inscripciones de manumisiones en los que el origen libre del esclavo manumitido fue reclamado y confirmado.  Algunas inscripciones de tabellae patronatus aluden a libertos que proclamaron haber sido vendidos siendo libres, lo que a veces motivó la devolución de la libertad (Digesto 10, 12, 23).

Para saber más:

BRADLEY, K. (1994) Slavery and Society at Rome, Cabridge University Press.

MACMULLEN, R. (1981) "Free at Last! The impact of Manumission on Roman Freedmen",  Historia: Zeitschrift für Alte Geschichte, vol. 30, No. 3

GEORGE, M. (2011) Roman Slavery and Roman material culture, University of Toronto Press. 






22 jun 2025

Las irresponsabilidades en divulgación terminan convertidas en revisiones necesarias. El caso de Borea del MAN.

Las irresponsabilidades en divulgación terminan convertidas en revisiones necesarias. 
El caso de la tessera de Borea del MAN.

Un título muy largo para un tema muy controvertido: el intrusismo en divulgación y el daño que hace desconocer sus responsabilidades.  

La publicación de hoy espero que sea una reflexión para todos aquellos que nos dedicamos al mundo de la investigación, a los que se dedican a divulgarla y al público que recibe la información. Una cadena en la que cualquiera de las partes puede cometer un error, que para cualquier lego puede ser una tontería, pero que desencadena una serie de problemas, como si de piezas de un dominó cayesen una tras otra.

Hace unas semanas una persona acudió a mí preguntándome por un gladiador. Tal personaje era Borea y aparecía en una tessera que hoy se encuentra en el Museo Arqueológico de Madrid. Quería que corroborase que este personaje había nacido en su pueblo (Bedunia, hoy Cebrones del Río, en León). La única prueba para obtener todos los datos a los que se refería era esa pieza. Según parece, el luchador había tenido mucho éxito en los juegos gladiatorios.


Esta es la pieza a la que me refiero:



Fue encontrada entre Niebla y Moguer a orillas de Río Tinto y está fechada en el siglo I d. C. Sus medidas son 17 x 4,30 cm.

Podemos leer en la ficha del MAN (aquí):


"Placa de bronce de forma rectangular con cuatro orificios circulares en las esquinas, en los que se insertan argollas de la misma forma. En el lado menor izquierdo hay una argolla alargada decorada con incisiones y sujeta a la placa mediante un remache, de la cual colgaría la "tessera". El campo epigráfico desarrollado en cuatro líneas, se enmarca con una sencilla línea incisa que recorre toda la pieza."

La transcripción según la ficha del MAN:

CELER.ERBUTI.F(ilius). LIMICUS BOREA. CANTI (filio) BEDONIE (n) SI MVNERIS. TES(s) ERA(m). DEDIT AN(n)O. M (arco). LICINIO. CON (n)S(ule)

La traducción, de nuevo según la misma ficha:

“Celer, hijo de Erbutio, natural de la ciudad de los Limicos, dio esta tessera gladiatoria a Borea, hijo de Cantio, natural de Bedunia, el año del consulado de Marco Licinio.”

Y en la misma ficha se interpreta el texto de la siguiente forma:

“Celer nacido en Ginzio de Limia (Orense), es un organizador de juegos e hizo entrega de esta tessera al gladiador Borea, natural de Baedunia (cerca de La Bañeza, León), posiblemente en el año 64 de nuestra era.”


En 2022 el periódico “el diario” se hizo eco de la noticia (noticia completa aquí) y dio pábulo a una persona sin los conocimientos suficientes que cometió una irresponsabilidad:




El daño ya estaba hecho. Según la noticia, Borea fue un gladiador hispano de Bedunia conocido como uno de los más célebres del siglo I d. C. Destacado por su agilidad como provocador. Recibió una tessera de bronce (única de este material entre las 107 conservadas. Esto ya debería darnos que pensar, ¿verdad?) como símbolo de honor, otorgada por el lanista Celer alrededor del año 64 d. C., lo que evidencia su fama excepcional. La tessera confería a Borea un lugar privilegiado en el anfiteatro de Ilipula (Huelva), reflejando su estatus como gladiador de élite y figura respetada en todo el imperio. Según el periódico además se podía saber qué tipo de gladiador era Borea, un provocador.

La noticia fue publicada por varios medios en diferentes años.


Así “nuestra historia” lo publicó en 2023:




 En 2024 la noticia era publicada por Muy Interesante:





En enero de 2025 aparecía una novela que terminó por rematar la jugada. De ella se hacía eco el Heraldo de León. Obviamente es una novela. El autor puede tomarse todas las licencias que quiera. El problema está cuando defiende que es una historia real y así la entiende el lector. 





Hace ya tiempo que la pieza es parte de los estudios especializados. Grandes especialistas como José María Blázquez y María Paz García-Gelabert en 1988 decían que Celer era el gladiador (no Borea) y que entrega la tessera a Borea, una deidad local. Alberto Ceballos y David Ceballos, en su artículo de 2003, aceptaban el hecho de que Borea era un gladiador.

A partir de estos trabajos solo había que hacer que todo cuadrase (de forma muy chapucera, todo hay que decirlo) y así a Celer se le convertía en un lanista por arte de magia. Borea era un gladiador y que además era de tipología provocador. Todo el mundo se olvidó de que Blázquez ya adelantaba que Borea era una divinidad indígena de la Bética y que Piernavieja defendía que Borea era una deidad asimilada a Marte. No molaba tanto como tener a un gladiador súper famoso al que su lanista le entregaba la tessera con la que tenía asientos privilegiados en las gradas de un supuesto anfiteatro en Ilípula (hoy población de Niebla, en Huelva) edificio que probablemente ni existió.

Veamos qué ocurre si uno se para y lee la inscripción con detenimiento. Se verá que la interpretación es errónea y realizada con una gran cantidad de imaginación. Y es que, si se lee en algún sitio la palabra munusya se piensa que tiene que haber (a la fuerza) gladiadores de por medio.

Comencemos por decir qué es una tessera (tesserae en plural) era una ficha o placa pequeña, generalmente de hueso o cerámica (de bronce solo tenemos esta de la que aquí estamos hablando y, por las características de la misma, no se puede afirmar que se trate de espectáculo). Estos objetos eran utilizados en el mundo romano como entradas a espectáculos (anfiteatro, teatro o circo), bonos de distribución o incluso fichas de lotería o premios.


Ejemplos de tesserae son:




Aunque de las que más ejemplos tenemos son las siguientes:




Desde luego, nada que ver la que protagoniza esta publicación, como podemos ver.

Si ya partimos de que no es una tessera de entrada a juegos, quizá deberíamos hacer una revisión de dicha pieza a ver qué información nos aporta lo que en ella se escribió.

Dice así:

CELER·ERBUTIi·Filius·Limicus
BOREA·CANTIBEDONIEnSI
MUNERIS·TESsERAm·DEDIT
ANnO·Marco·LICINIO·COnSule

Si tenemos en cuenta todos los signos de separación entre las palabras y la distribución de las palabras mismas en las líneas, obtenemos la siguiente traducción (hecha por el filólogo en lengua latina y griega, J. R. Galindo Peñalver):

Celer, límico, hijo de Erbutius,
para Borea cantibedoniense
dio tessera de espectáculo
en el año del cónsul Marcus Licinius.

Si analizamos detenidamente la inscripción, vemos que Celer lo que hizo fue entregar la tessera (de espectáculo) al dios Borea. Todo ello el en año, eso sí, 64 d. C. Se trataría, por lo tanto, de una tessera entregada como exvoto a un dios, mucho más parecida a una tessera de hospitalidad que a las “entradas” para espectáculos.

Y todo esto que os he contado es para que veáis cómo dejar volar la imaginación puede acarrear problemas. De tener un gladiador y un lanista, incluso conocíamos su panoplia del luchador y su procedencia, hemos pasado a tener un dios indígena y a una persona que le entregaba al dios el dato de que había celebrado un espectáculo en el. 64 d. C. Ya está, nada más. Quizás (y esto ya es especular rozando lo novelesco) debido a que fue encontrado entre Moguer y Niebla, puede que hubiese un espectáculo de arena (¿gladiadores? ¿venatores? ¿otro tipo de espectáculo enmarcado en los munera?) en Ilípula (Niebla). Esta localidad no tiene ningún edificios de espectáculos que sepamos. Habilitarían por tanto un espacio para munera. Sabemos que Niebla fue municipio en época de Augusto. Aunque quizás este espectáculo se diese en otro lugar, quizás en Itálica, que se encuentra a unos 150 km. de donde se realizó el hallazgo. 

La verdad es que todo el resultado a mi me da la impresión de ser muy forzado. No tiene ningún sentido que Celes hiciera este tipo de ofrenda a un dios local. A mi esta traducción no me convence nada de nada. 

Pero… ¿Y si hiciéramos otra lectura de la inscripción? Volvamos a mirar la original:

CELER·ERBUTIi·Filius·Limicus
BOREA·CANTIBEDONIEnSI
MUNERIS·TESsERAm·DEDIT
ANnO·Marco·LICINIO·COnSule

Lo que mas nos “molesta” es la palabra muneris, el nominativo de esta es munera. Esta palabra tiene muchas más acepciones que la de “espectáculo romano”.

Munera puede traducirse también como “regalo”, “don” y “ofrenda”.  Si lo traduzco de esa forma obtengo el siguiente resultado:

Celer, límico, hijo de Erbutius,
para Borea cantibedoniense
dio tessera de ofrenda
en el año del cónsul Marcus Licinius.

Con este matiz lo podemos encontrar en Cicerón , por ejemplo, cuando en "contra Verres dice" (2, IV, 66, 12): 

Cum ille se et religione Iovis Capitolini et hominum existimatione impediri diceret, quod multae nationes testes essent illus operis ac muneris, iste homini minari acerrime coepit, 

que su traducción en castellano es: 

"Al responderle aquél que se hallaba atado por el voto a Júpiter Capitonio y por la opinión de la gente, dado que muchos pueblos eran testigos de aquella obra y regalo."

Como vemos, Cicerón utiliza muneris con ese significado de "regalo" (podría ser ofrenda) en contexto religioso y coincide en que se trata de un genitivo singular, como en de la tessera del MAN.

Además, tipos de tesserae había más y que nada tenían que ver con el mundo del espectáculo. Había tesserae frumentariae cuyo uso era para distribución de trigo u otros víveres a ciudadanos romanos; tesserae hospitales, símbolo de hospitalidad entre familias o individuos; tesserae nummulariae que eran identificaciones de oficiales de la casa de la moneda; tesseare magicae o amuleti, como su nombre indica eran amuletos o fichas mágicas con fines protectores o religiosos; tesserae militares o legionis para identificación dentro del ejército o comunicación interna; tesserae fiscales o annonariae, con el registro de las obligaciones fiscales o censales; y por último, la tipología a la que esta corresponde, tesserae votivae, fichas o tablillas, normalmente de plomo o bronce, ofrecidas en santuarios como parte de una promesa o agradecimiento a una divinidad. 

Para mi tiene mucho más sentido y más lógica que la traducción tradicional que es mucho más forzada.

Así que nada que ver ni con lanistas, ni gladiadores, ni espectáculos.  Todo es mucho más simple.  Este es el caso de una tesserae votivae, es decir, una donación, un regalo, un don para el dios Borea, una deidad de la que no conocemos nada y que cuyo culto era bastante local. que hace Celer, en el año 64 d. C.