Datado en 1473 y realizado por el pintor gótico por Martin Schongauer, con técnica mixta sobre tabla, mide 200x115cm. Hoy se puede disfrutar en la iglesia de los Agustinos de Colmar (Francia).
La parte superior está redondeada, el marco es neogótico, realizado por el artista Théophile Klem en 1900, y las alas laterales fueron realizadas por Martin von Feuerstein.
Representación de la Virgen y el Niño, sentados en un banco sobre un césped en un jardín cerrado, siguiendo la tradición que data, por lo menos, de principios del siglo XV.
En la obra se ilustra la humildad y la pureza de la Virgen, además del fuerte vínculo maternal entre María y el Niño Jesús, mientras que también presagia el destino trágico. El drama de la Pasión es representado por el color rojo de la túnica y el manto de la Virgen y por las rosas, las fresas rojas y la presencia del jilguero.
Este pajarillo se alimenta de semillas de cardo, tiene marcado el cuello con una mancha roja, se trata del símbolo del trágico fin de Cristo. La Virgen aparece resignada ante el futuro que le espera a su hijo, y sus gestos se llenan de ternura mientras acuna a su hijo. Ambas figuras miran hacia lugres opuestos.
Destacan la cuidada representación de las flores, hojas y aves, lo que demuestra un excelente conocimiento de la naturaleza y los preciosos pliegues del vestido de la Virgen y su expresión facial.
El tamaño original de la obra era mucho mayor y tenía forma rectangular, se estima que debía medir 250x165 cm. En esta antigua versión la Virgen estaba sentada, con Dios Padre en el cielo bendiciéndola y un jardín, y no tenía este aspecto monumental que hoy podemos ver en la obra.
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