25 mar 2020

¿Gladiatrices contra enanos? No.

“¡Ahí está el sexo débil, que desconoce el hierro! ¡Con qué denuedo arrostra los viriles combates! Se diría que a orillas del Tanais y el Fasis encrespado se aprestaran las huestes ecuestres del Termodonte. 

Entra luego un aguerrido batallón de enanos, a quienes su complexión breve, que pronto se acaba, enzarza al momento en un amasijo nudoso. Se hieren y traban sus diestras y, ¡con qué fiereza!, se amenazan de muerte. Ríe el padre Marte y el Valor cruento; y las grullas, que caerán pronto para servir de presas fugitivas, se asombran ante estos púgiles más bravos que ellas”
 (Silvas I 6, 50-55). 

Durante mucho tiempo se ha interpretado esta cita como una lucha entre mujeres y enanos. 

No es así, esa lucha nunca existió y os voy a explicar el porqué. 

Son las frases y palabras que nos pueden ayudar: 
  • “desconoce el hierro”, estas palabras no tendrían ningún sentido si no fuese porque estas mujeres están en la arena armadas y no son nada diestras en su utilización; 
  • “entra luego” se refiere a los enanos, que entran después que las luchadoras.  En latín dice "hic audax subit ordo pumilorum," en castellano "Entra luego un aguerrido batallón de enanos".  Está claro: "Entra luego", no dice al mismo tiempo, dice luego. Ahí está la clave.
  • “grullas” se refiere a los animales y finalmente “púgiles”, es decir, luchadores con puños, no con armas que es como se enfrentan los enanos a las grullas. 
A partir de estos datos podemos deducir que no se trata de un espectáculo, sino de dos bien distintos: 
  • el primero la lucha de mujeres, que sería entre ellas, con armas, con las que no eran muy diestras, así que no debían haber sido entrenadas para ello; 
  • el segundo una lucha entre enanos y grullas, sin armas.
Conociendo el contexto de los espectáculos romanos, no hubiese tenido ningún sentido enfrentar a mujeres armadas contra enanos púgiles, esto no hubiese sido ningún tipo de espectáculo. 

Probablemente, el primer enfrentamiento sería una lucha de gladiatrices, que se enfrentarían sin haber sido entrenadas previamente.  El espectáculo consistiría en ver cómo las mujeres eran incapaces de empuñar un arma, lo que quedaría probado en las palabras “sexo débil”.

El segundo enfrentamiento sería una lucha entre enanos y grullas, lo dice perfectamente: grullas, no mujeres. Grullas. 

Ambos serían un espectáculo de diversión, de risas. Estos se daban entre los espectáculos de sangre, a modo de descanso de la violencia, como un kit kat entre los espectáculos que eran el plato fuerte del día. 

Lo que sí tienen en común ambos espectáculos es que se trata de recreaciones mitológicas.  Dos recreaciones mitológicas diferentes:

La primera, la de las mujeres gladiadoras, representaba el mito de las amazonas luchando en el Termodonte.  Este era el río cercano al lugar donde habitaban las amazonas y donde se desarrolló el noveno trabajo de Hércules. Por cierto, las amazonas según el mito  luchaban con un pecho al aire, pero en la cerámica griega se las representa muchas veces con este aspecto:  

Resultado de imagen de termodonte hercules

El segundo espectáculo se desarrollaría según el pasaje mitológico griego en el que se cuenta que en Egipto había un pueblo de pigmeos que estaban en constante peligro debido a las grullas. El mito cuenta que las grullas los raptaban y acechaban y que por este motivo pigmeos (es decir, enanos) lucharon contra ellas. Este mito aparece representado en varios mosaicos de carácter nilótico, como el que aquí os dejo.

Resultado de imagen de pigmeos y grullas

Por lo tanto, se trataría de dos espectáculos diferentes que simularían dos mitos completamente distintos.

Es verdad que Dion Cassio en LXVII, 8, 4, nos dice (según traducción): "enfrentó".  Si acudimos a la fuente original nos dice:


Nos tenemos que fijar en el verbo:


Este verbo sí es verdad que tiene una de las acepciones que es "enfrentar", pero no es la única, también son: echar, llevar en abundancia, reunir, suministrar, contratar... así que con la referencia anterior a los espectáculos que nos da la silva de Estacio, podríamos traducir esa frase como "reunió luchadoras y enanos" o "suministró gladiadoras y enanos".  Si utilizamos cualquiera de estos significados vemos como no tendrían que haberse enfrentado, sino que fueron utilizados ambos tipos de luchadores en la arena, no necesariamente juntos.


Conclusión: hay que leer muy bien las fuentes, detenidamente, comprobar los datos que nos dan, pero sobre todo, conocer el contexto y ser críticos y críticas con lo que leemos. 

22 mar 2020

Némesis y los gladiadores: otro bulo más.

 Resultado de imagen de nemesis

¿Conocéis la relación entre Némesis y los gladiadores? 

Esa que siempre nos cuentan.... pues OLVIDAOS de ella, no ¡¡existía!! Es otro de los #Buloshistóricos que circulan por ahí.

En realidad, el culto a Némesis era una actividad de los romanos más acomodados. Vamos, un culto de la élite romana. Fue importada (probablemente, es algo aún debatido) por el emperador Augusto desde Grecia. Este es el momento en que comienza a aparecer su culto en Roma. Pero, no se trataba de una copia de la diosa griega. Lo que ocurrió fue lo que en filosofía se denomina un epifenómeno (fenómeno secundario que acompaña o sigue a un fenómeno primario sin constituir parte esencial de él y sin que aparentemente ejerza influencia, de la wiki)

¿Y que relación tenía la élite con Némesis? ¿Y con los espectáculos romanos? La élite apoyaba el castigo de todos aquellos que se oponían al orden imperial. En el caso de esa transgresión los culpables eran castigados en la arena, sobre todo los humildes. Por este motivo, se levantaban santuarios en los edificios de anfiteatrales, pero no solo en ellos, también en otros que fueron utilizados para la ejecución de estos condenados, por ejemplo, los teatros.

Fue el gobierno civil (duonviros, sacerdotes del culto imperial y miembros del ejército) los que fueron especialmente devotos de esta diosa.

Némesis era considerada expresamente apropiada para los munera y las venationes. Era una diosa de la justicia y, por lo tanto, se la encontraba especialmente indicada para los casos de ofensas romanas.Todos aquellos que desafiaron o amenazaron el orden social o la majestad de Roma eran los que sufrían la ira de Némesis en la arena del anfiteatro, pero claro, solo los más humildes que eran los mas desvalidos a la hora de defender sus derechos.

Pocos son los testimonios (aunque alguno hay) de gladiadores, esclavos, libertos o cualquier persona de bajo estatus que adorasen a esta diosa.

Así que otro de los #BulosHistóricos que debemos empezar a olvidar.

Foto de Wikipedia.


14 mar 2020

¿Qué era lo que nunca podía faltar en una despensa romana?

Resultado de imagen de supermercados coronavirus

En vista de la locura que estamos sufriendo en los supermercados de nuestro país debido al coronavirus, y puesto que algunos están haciendo acopio de productos como si no hubiese un mañana, vamos a ver qué nos dicen las fuentes que nunca podía faltar a un romano de tomo y lomo en su despensa.  Así, si la cosa va a peor, lo podremos tener en cuenta.

Lentejas, tortas, vino, cereales, algo de ganado, vinagre y sal (Vegecio).  

¡¡Igualito que esos que cargan los carros con natillas!!

Y aquí os dejo la receta del bucellatum, por si queréis comer estos días algo típicamente romano o hacerlo con vuestros peques en casa.  

Resultado de imagen de bucellatum

Ingredientes:

2 tazas de harina de trigo integral
2 cucharadas de aceite de oliva
Olivas negras
Sal
Orégano
Ajonjolí
Agua templada

Modo de hacerlo:

Echamos la harina en un bol (yo guardo una poca por si hemos de añadir algo más después, ya que de la cantidad de agua dependerá que la masa quede homogénea).
Incorporamos, después, la sal a la harina, el aceite y el orégano. A continuación vamos añadiendo el agua templada y amasando, hasta que la masa se desprenda bien de las manos (si hace falta añadimos harina de la que habíamos reservado).
Troceamos las olivas en pequeños trocitos (como es normal, retirando los huesos) y los incorporamos a la masa. Continuamos amasando hasta que los ingredientes estén perfectamente conjugados.
Dejamos reposar la masa una media hora. Una vez pasado este tiempo tomamos porciones y con cada una de ellas hacemos una bolita para luego aplastarla y dejarla de forma circular (podemos ayudarnos de la boca de un vaso).
Espolvoreamos con el ajonjolí y metemos al horno precalentado a 250º C. de unos 10 a 12 minutos (o hasta que veamos que están doradas).

Fuente de la receta: "Hoy cocino yo" (http://anquefornes.blogspot.com/)
Foto: Museo de la Ciudad de Antequera

13 mar 2020

calendario 2020

Parece ser que vamos a pasar muchas horas en casa y seguramente muchas también frente a nuestro ordenador.  Así que para animaros os voy dejar el fondo de pantalla que me he creado para mi.  Si os gusta podéis descargarlo de forma gratuita.  Espero que te haga más llevadero estos #DiasDeCoronavirus y #YoMeQuedoEnCasa.  

MARZO



Si quieres descargarlo solo tienes que pinchar aquí.

10 mar 2020

Unas pocas notas sobre la "mágica" sangre de los gladiadores

Resultado de imagen de copa con sangre vampiros

Se dice en muchas publicaciones que la sangre de los gladiadores era mágica. Que la gente la bebía para curar diversas enfermedades como la epilepsia, que era afrodisíaca, que servía de remedio para muchas dolencias. 

Pero... vamos a hacer un análisis crítico de las fuentes, a ver si es cierto esto que tanto nos gusta leer en los libros (porque es algo que se repite hasta la actualidad en muchos textos divulgativos y no tan divulgativos.

Empecemos:

Pues sí, efectivamente las fuentes romanas lo cuentan, pero... vamos a ver qué fuentes. Nos lo dicen 6 autores, 3 de ellos (Tertuliano, San Agustín y Minucio Félix, del siglo II d. C., IV d. C. y II d. C. respectivamente) defensores a sangre y fuego del cristianismo, es decir, en contra de los espectáculos de gladiadores, pensaban que eran divertimentos que iban contra el cristianismo y son ampliamente criticados. Lo de la sangre, por supuesto, forma parte de sus argumentos. 

Luego tenemos a Celso y Plinio, que son autores del siglo II d. C. y I d. C. respectivamente, pero que solo son enciclopedistas, compiladores de datos, es decir, copiaban los datos de otros autores anteriores.

Por último tenemos a Escribonio, un autor del siglo I d. C., médico, pero que muchos de sus textos han sido puestos en duda por los autores actuales, al parecer... escribía más bien sobre prácticas o remedios aportados por algún particular ajeno a la medicina, o transmitidos por la tradición popular, e impregnados de magia y superstición. 

Conclusión: parece que lo de la sangre es más una leyenda urbana puesto que ningún médico como Galeno o Sorano (siglo II d. C. y I d. C. y por lo tanto contemporáneos de los anteriores) o cualquier otro autor dice nada al respecto. Un bulo perpetuado hasta nuestros días gracias a la lectura no crítica de las fuentes y por nuestro gusto por el morbo.

Mi opinión personal: si Galeno (especialista en medicina gladiatoria) no dice nada... es porque o no se utilizaba realmente o porque no tenía la utilidad médica que se le quería dar. 

Me inclino por la primera opción, con lo crítico que este autor fue al respecto de otros temas, si la gente hubiese realizado este tipo de prácticas seguro que algo hubiese dejado escrito al respecto, para bien o para mal. 

9 mar 2020

La tremenda historia que esconde una pintura de Pompeya



Como ayer celebramos el #DiaInternacionalDeLaMujer hoy os traigo una de esas imágenes brutales que podemos encontrar en la mitología grecorromana: la violación de Casandra y Helena representada en una pintura de la casa de Menandro en Pompeya (foto 1).


Foto 1

El rey Príamo (foto 2), rey de Troya y padre de Casandra. Se encuentra en el centro de la escena. Contempla horrorizado a sus dos súbitas (Helena ya su propia hija) que se encuentran a cada lado de la escena, semidesnudas (Casandra foto 3, Helena foto 4).


Foto 2


Foto 3



Foto 4

Casandra, se agarra al Palladium. Sabe que va a ser violada por Ajax, que la arrastra a la fuerza. La escena está llena de dramatismo y violencia. 


Helena, en el lado contrario de la escena, adúltera y causante de la guerra, va a ser sometida por su marido, Menelao.



Se trata de un ejemplo del sometimiento de la mujer en conflictos bélicos. 

Lo más curioso de todo es el contexto en el que se encuentran: el ámbito doméstico. Un recuerdo permanente para las mujeres que moraban en sus hogares de erotismo y violencia combinados.

Un mecanismo de perpetuación del poder masculino sobre el femenino y un recuerdo de la vulnerabilidad femenina.

Ideas y texto extraídos del libro de Irene Mañas para ed. Síntesis, "Las mujeres y las relaciones de género en la antigua Roma". 


1 mar 2020

Espectadores en la carrera de carros en honor a Patroclo

Cuenta la Ilíada que la primera competición que se realizó en honor a Patroclo fue la carrera de carros y nos dice en el canto XXIII (445-465):

"Los argivos, sentados en el recinto de la reunión, miraban 
los caballos, que volaban por la llanura en una nube de polvo.
Idomeneo, jefe de los cretenses, divisó el primero los caballos, 
sentado fuera del recinto de la reunión en un alto otero.
Al oír la voz del conductor, aunque estaba lejos,
la reconoció y divisó el caballo que se destacaba delante,
que era todo él bermejo excepto en la frente, donde
tenía una marca blanca, redonda igual que la luna. 

Se puso de pie y erguido proclamó entre los argivos:
«¡Amigos, de los argivos príncipes y caudillos!
¿Soy yo el único que columbra unos caballos, o también vosotros?
Unos me parecen ser los corceles que van por delante,
y otro distinto se me figura que es el auriga 386. Sin duda allí 
en el llano han sufrido un accidente las que habían sido mejores
hasta allí. Las he visto girar primero alrededor de la meta;
pero ahora no logro verlas por ningún lado, aunque mis ojos
escrutan ansiosamente con la mirada la llanura troyana.
O será que al auriga se le han escapado las riendas, no ha podido 
frenar bien al girar en la meta y no ha logrado tomar la curva.
Allí me imagino que se habrá caído y habrá hecho añicos el carro,
y que las yeguas se habrán desbocado por el ardor de su instinto."




Este es uno de los pocos fragmentos que conservamos donde aparece representado el público durante una carrera de carros griega.  Parece que perteneció a un vaso que se rompió ya en la antigüedad y entonces fue pegado.  Se le atribuye al pintor Sofilos y se conserva en el museo de Atenas.

Podemos leer en la inscripción el nombre de Patroclo, así que no hay duda que se trata de este momento contado por Homero en la "Ilíada".  



Por el lado izquierdo aparecen 4 caballos pertenecientes a una cuadriga, aunque el carro y el auriga se ha perdido.  En el lado derecho, sentados, los espectadores están sentados en unos asientos organizados en escalera.  Curiosamente unos miran hacia el lado de la carera, se cree que los otros mirarían a otra de las competiciones que Aquiles organizó en honor a su amigo, pero también se ha perdido

Lo más curioso de todo es que los espectadores alzan las manos, parece que animan a los aurigas y los caballos.


Traducción de la "Ilíada" de Homero de la ed. Gredos.