30 nov 2022

Sobre los supuestos "perros salchicha" aparecidos en el Coliseo: algunas consideraciones.

Estos días ha saltado una noticia en la prensa sobre unos nuevos descubrimientos en los colectores del Coliseo.


Parece que uno de los hallazgos que más ha llamado la atención ha sido la aparición de huesos de pequeños perros que (según  la prensa, porque no he podido acceder a las palabras exactas de los arqueólogos encargados de la excavación) eran "perros salchicha", incluso algún periodista se ha aventurado a hablar de perros de la raza Teckel.

Además, y sobre el  mismo tema, se han aventurado a decir que estos animalillos peleaban en la arena, durante los espectáculos.

Debido a este descubrimiento, Marine Benoit de la revista "Sciences et avenir" se puso en contacto conmigo para que diese mi parecer al respecto.  Aquí podéis leer el artículo completo.






Lo primero que nos podemos preguntar sobre estos animalillos es ¿Qué hacían esos perritos ahí?  

Lo sabremos en el momento de estudiar detenidamente los huesos: 

- si tienen marcas de otros animales sabremos que participaban en luchas contra otros animales; 

- si tienen huellas de armas sabremos que luchaban contra hombres en venationes (espectáculos de cacerías);

- si tienen marcas de dientes humanos, pues que los comían los espectadores; 

- y si no tienen ninguna marca que no luchaban sino que tendrían otra función dentro del edificio, quizás, como perros de madriguera que son,  como cazadores de ratas, controladores de plagas. (Esta idea surge de una conversación con mi colega arqueólogo Lorenzo Calabuig)

Todo son especulaciones y como esta pueden surgir muchas más, así que habrá que esperar al artículo científico para saber la verdad sobre ellos.

El caso es que, ni las fuentes ni la iconografía nos hablan de estos perros en espectáculos, aunque el que no estén ahí no quiere decir que no apareciesen en la arena de alguna forma.  El problema es que los romanos no lo dejaban todo por escrito (por más que muchos se empeñen en repetir el mantra de que los romanos lo documentaban todo, ¡¡¡ojalá!!!), y el que no aparezcan mencionados no quiere decir que no estuvieran. 

Es más, las fuentes no hablan ni de perros salchicha, porque cuando lo hacen sobre estos animales solo distinguen entre pequeños, medianos y grandes. Y cuando se habla de pequeños perros es siempre haciendo referencia a que eran mascotas de compañía, sin ninguna otra función, más que la de ser perrillos falderos.

Pero, aparte de estas consideraciones, que podemos llamar "científicas", debemos tener en cuenta que la raza (ahora hago referencia ese dato que está en la prensa que dicen que eran teckels o tipo teckels) no aparece hasta el siglo XV en Alemania.

En la antigüedad sí existía una especie (no raza, ojo) de perro alargado.  En Egipto está representado:





Pero hablar de perro salchicha o, peor aún, de Teckel, es un presentismo que debemos evitar.


Y ya puestos  a hablar de los animales que han aparecido en la excavación, mucho ojo, señores de la prensa (aquí pongo un ejemplo, pero han sido varios los periódicos que han cometido este error), que los jaguares son originarios de América y a Europa solo llegaron tras su descubrimiento, después del siglo XV.




Esperaremos a ver qué nos cuenta el artículo científico sobre esos perrillos alargados, En cuanto tenga acceso a él os desvelo el misterio.

18 nov 2022

El coliseo que no es Coliseo, que ha sido encontrado cuando nunca fue perdido, y que ya ni es noticia

El coliseo que no es Coliseo, que ha sido encontrado cuando nunca fue perdido, y que ya ni es noticia

La pasada semana saltaba una notica a la prensa:



Rápidamente se compartió en redes sociales, pero... la noticia no es nueva, en realidad fue publicada en marzo de 2021.

Tampoco es cierto que se trate de un coliseo, puesto que Coliseo solo hay uno, el de Roma que debe su nombre a la enorme estatua de Nerón que se encontraba a su lado.  El resto de edificios del imperio son anfiteatros, que es el nombre que los romanos dieron a este tipo de construcción.

Además, y tercer fallo de esta noticia, es que no es ni novedosa... es de... como muy pronto agosto de 2020.

¿Esta es una de esas noticias que salen cada año como descubrimiento novedoso?

Publiqué yo en mi FB e IG el 26 de marzo de 2021:





Estos días ha saltado a la prensa internacional a través de agencia el descubrimiento de un nuevo anfiteatro en la población de Mastaura del siglo III dC.

Pero en realidad no es un descubrimiento, de su paradero se sabía ya desde el siglo XIX, así que en realidad de lo que se trata es de que se ha encontrado un edificio que se "había perdido".

Como os decía, este monumento ya es descrito en el siglo XIX. Un autor, por ejemplo, es William John Hamilton que en su "Researches in Asia Minor, Pontus and Armenia, With Some Account of Their Antiquities and Geology" en 1842 escribía esta maravillosa descripción:

"Domingo 16 de octubre. Dejando Nazeli, volvimos sobre nuestros pasos dos millas hacia el este, hasta un café, para conseguir un guía del Xebeque que comandaba el puesto; y, habiendo obtenido un buen ejemplar de actividad y dandismo xebeque, tomamos rumbo norte por un lecho seco de un torrente, y pronto llegamos al moderno pueblo de Mastaura, que contiene quince o veinte casas, situadas en un estrecho barranco, en medio de la arena ... colinas que bordean la base del monte Messagis, y cerca de las ruinas del konak de Halil Bey, una vez un famoso jefe tain en el distrito. Aproximadamente una milla por encima del pueblo llegamos a algunas murallas antiguas y subestructuras abovedadas, enterradas en medio del frondoso follaje de robles de hoja perenne.y aceitunas; aquí desmonté y, atravesando un arco, me encontré en un recinto circular, cubierto de árboles, cuya extensión no superaba los treinta metros de diámetro; probablemente era un teatro o un anfiteatro. Otros arcos y subestructuras ocurrieron en las cercanías, y al este del barranco había una bóveda arqueada y bien construida de bloques helénicos, casi enterrada bajo el suelo caído y oculta por matorrales."

William Jonh Hamilton (1805-1867) fue un geólogo inglés. 

13 nov 2022

Vandalismo climático, enemigo y aliado del Arte.


Los amantes de los museos y del patrimonio histórico leíamos horrorizados en la prensa, hace unas semanas, sobre un visitante que derribó dos esculturas romanas en el Museo Chiaramonti al denegársele una audiencia papal.  Ha sido a partir de ese acto que han saltado a la prensa distintos actos vandálicos contra obras de arte de manos de activistas de ideología ecologista.  No hay semana que no nos sobresaltemos con una nueva noticia sobre alguien que se ha pegado a un marco de un cuadro, que ha rociado con alguna sustancia una obra de arte o que (ahora) bañan con un líquido la vitrina de un museo como es el Museo Egipcio.




El término vandalismo se origina a partir de las hordas vándalas que provenientes de territorios germanos invadieron Roma en el 455 y destruyeron numerosas obras de arte en la ciudad eterna. Vandalismo y arte son, por lo tanto, dos conceptos íntimamente relacionados históricamente. El primero en utilizar el concepto fue el obispo de Blois, Henri Grégoire, en 1794 para describir la destrucción de obras de arte durante la Revolución francesa.





Lo que está ocurriendo desde hace unas semanas no han sido sucesos de excepción. En la historia actual de los museos ha habido muchos actos más, a cuál más incauto, todos ellos han destrozado total o parcialmente obras de arte, es decir, -y me parece muy importante incidir en ello- patrimonio que nos pertenece a todos.

Haciendo solo un poco de memoria podemos recordar lo que ocurrió en la isla de los museos de Berlín, en 2020, cuando se dañaron 70 obras el Día de la Unidad Alemana. Pero es que hace tan solo unos meses otro acto atentaba contra la Gioconda en el Louvre. Actos de locura que no tienen explicación, aunque psicólogos, psiquiatras, analistas diversos, historiadores del arte o museólogos intentan encontrar respuestas y soluciones para poder llevar a cabo una buena prevención.



Cierto número de piezas emblemáticas han sufrido destrucciones (o intentos) a lo largo de la historia actual de los museos. En arte antiguo tenemos el caso del Vaso Portland que, en 1845, un joven estudiante, William Lloyd, que sufría una paranoia aguda debido a una semana de borrachera, cogió una piedra de la misma sala y rompió la vitrina y el jarrón, quedando hecho añicos. A William lo detuvieron y fue llevado a juicio. La pieza fue restaurada y hoy puede disfrutarse en el British Museum de Londres; o el aún más famoso caso del Vaso François que, en 1900, fue roto en 638 pedazos por un vigilante, al lanzar un taburete de madera contra la vitrina donde estaba expuesto. Hoy, tanto vaso como taburete, se pueden ver en la misma sala del Museo Arqueológico de Florencia.



Los daños que la obra de arte puede sufrir son muy variados, desde un pequeño rasguño, un chicle pegado, una marca de lápiz, barra de labios, o cualquier otra idea creativa, y que no saltan a la prensa; hasta otros actos mucho más importantes y realizados con premeditación, puesto que la herramienta de destrucción (un cuchillo, pintura, ácido o martillo) tuvo que ser introducida en el museo con una cierta planificación. Por suerte, gracias a la labor de los técnicos y especialistas, las obras de arte son restauradas, aunque fueron operaciones costosas, tanto en dinero como en tiempo.

Ningún museo se libra al vandalismo en sus obras: el Hermitage, la National Galery, el Stedelijk o incluso la basílica de San Pedro del Vaticano, entre muchos, ha sufrido esta clase de agresiones, que recuerdo no son actos contra instituciones, sino contra el patrimonio que es de todos. La Mona Lisa de Leonardo da Vinci, la Ronda Nocturna de Rembrandt y la sirenita que podemos ver en el puerto de Copenhague, son las obras que más atentados han sufrido.



Otro ejemplo, en 1974, Thomas Shafrazi grafiteó en El Guernica de Picasso mientras estaba expuesto en Nueva York, las palabras “matar mentiras todas” con pintura en aerosol rojo. El temerario vándalo fue detenido mientras gritaba “soy un artista”, una situación que podríamos calificar como de muy neroniana. Esta vez hubo suerte, la pintura utilizada era prácticamente inocua y los técnicos del museo actuaron con gran celeridad para minimizar daños.



En el pasado, algunos actos vandálicos fueron realizados con objetivos políticos o simplemente por salir en la prensa, muchos de ellos han sido ejecutados por personas diagnosticadas con un trastorno mental, por lo tanto, no eran conscientes de lo que estaban haciendo, pero lo que está ocurriendo en las últimas semanas es algo muy diferente. Lo llaman “vandalismo climático” y es que una ola de acciones contra obras de arte en museos emblemáticos está asolando los museos: Picasso, Van Gogh, Monet... Se ha pasado, como del día a la noche, de la protesta en las calles al vandalismo activista contra el patrimonio. Acciones que para nada están justificadas, pero que provocan lo que buscan: llamar la atención, salir en la prensa, tener repercusión en las redes sociales y estar en boca de todos. Que pongamos el grito en el cielo, nos hagamos los ofendidos y que publiquemos una y otra vez la noticia es el objetivo.




Pero de lo que no somos conscientes es de que las actividades de estos activistas están generando un apasionamiento de la sociedad por las obras de arte, cosa que antes no ocurría y la gente se está revolviendo a favor del patrimonio. Mientras los activistas están perdiendo en la competición por generar una opinión pública que rechace aquellas acciones que atentan contra el cambio climático y la ecología en general, está ganando puntos, a gran velocidad, la cultura, de la que mucha gente nunca se había preocupado y que ahora se posiciona en su defensa.



Por supuesto, no excuso bajo ningún concepto estas actividades delictivas y bárbaras. Y aunque las obras de arte no sufren ningún desperfecto por estos actos, son horribles y deben terminar lo antes posible, antes de que alguna obra sufra un daño irreversible. Pero, si somos pragmáticos y analizamos la repercusión que tiene en la calle, nos daremos cuenta de que es muy probable que los museos y que los objetos históricos salgan muy bien parados de estos episodios.  


Ya sabemos que es complicado que el ser humano se revuelva en su cómoda silla, pero esta vez, parece que la sociedad (o al menos gran parte de ella) comienza a tomar conciencia de lo que es el Arte y los Museos, aunque sea de esta manera.  Hoy (aunque sabemos que tan pronto como pase esta ola de atentados, la gente olvidará), las obras de arte y los museos están en la boca de todos y son noticia, más que las reivindicaciones ecologistas

Puede que nunca el arte haya estado en boca de todos como lo está siendo estos meses y que tenga tantos defensores, ¿estaremos consiguiendo que por fin la gente valore el Arte y, por ende, el patrimonio?

¿Cómo explicaban los helenos la forma animal de los dioses egipcios?

 



¿Cómo explicaban los helenos la forma animal de los dioses egipcios? Muy fácil, con un mito.

Cuenta Apolodoro (siglo II a. C.) en su "biblioteca mitológica" (I 6, 3):

"Cuando los dioses vencieron a los Titanes, Gea, aún más rabiosa, yació con Tártaro y da a luz en Cilicia a Tifón, que tenía una naturaleza híbrida de hombre y bestia. Sobrepasaba éste en tamaño y fuerza a todos cuantos había engendrado Gea: de muslos para arriba tenía forma humana, de talla tan descomunal que se elevaba por encima de todos los montes, y su cabeza llegaba con frecuencia incluso a rozar las estrellas; tenía unas manos que, extendidas, alcanzaban una el occidente y otra el oriente; de ellas surgían cien cabezas de dragones. De muslos para abajo poseía enormes anillos de víboras que, al desenroscarse, alcanzaban su propia cabeza emitiendo un fuerte silbido. Todo su cuerpo estaba cubierto de alas, mugrientos cabellos se agitaban al viento desde su cabeza y mejillas, y en sus ojos centelleaba fuego. Con este aspecto y talla, lanzando piedras candentes se abalanzaba contra el mismo cielo entre bramidos y gritos; y un cuantioso torrente de fuego brotaba de su boca. Cuando los dioses lo vieron arremeter contra el cielo emprendieron la huida hacia Egipto y al verse perseguidos cambiaron sus figuras por las de animales" (trad. de Ed. Alianza).




Y Ovidio (autor romano pero filo heleno, que vivió entre el siglo I a. C. y I d. C.) nos cuenta algunos detalles más en su "Metamorfosis":
 
"Entonces, sin sorteo, la que lanzó el desafío, empieza a cantar la guerra de los inmortales, presenta a los Gigantes con honores falsos, y atenúa las hazañas de los grandes dioses; cómo Tifeo, salido de las entrañas de la tierra, infundió espanto a los celestiales y cómo todos ellos volvieron la espalda para huir, hasta que, agotados, la tierra egipcia los acogió y el Nilo que se divide en siete bocas. Cuenta cómo llegó allí también Tifeo, parto de la tierra, cómo los dioses se ocultaron bajo falsas apariencias, y "Júpiter", dijo, "se transformó en pastor de rebaño; por eso aún hoy el libio Amón es representado con recurvados cuernos; Delio pasa a ser un cuervo, el retoño de Sémele un macho cabrío, una gata la hermana de Febo, una blanca vaca la Saturnia, Venus se ocultó en un pez, y el Cilenio con las alas de un ibis" (trad. de Ed. Alianza).






5 nov 2022

100 años del descubrimiento de la tumba de Tutankhamon

 



"Apenas había llegado a la excavación al día siguiente (4 de noviembre) cuando un extraño silencio, producido por la detención de los trabajos, me hizo dar cuenta de que había ocurrido algo fuera de lo común. Se me recibió con la noticia de que se había descubierto un escalón tallado en la roca bajo la primera cabaña que se había derruido. Parecía demasiado bueno para ser verdad, pero el agrandamiento de la abertura nos aclaró que estábamos de hecho en la entrada de un profundo corte en la roca, unos cuatro metros por debajo de la entrada de la tumba de Ramsés VI y a una profundidad similar a la del nivel actual del Valle. El corte era del tipo de entrada con escalera subterránea, tan común en el Valle, y yo casi me atreví a esperar que habíamos encontrado finalmente una tumba. El trabajo continuó febrilmente durante todo aquel día y la mañana del siguiente, pero sólo el 5 de noviembre por la tarde conseguimos retirar la gran masa de escombros que cubría el corte y pudimos demarcar los bordes superiores de la escalera por sus cuatro lados."

Howard Carter "La tumba de Tutankhamon"