22 jun 2025

Las irresponsabilidades en divulgación terminan convertidas en revisiones necesarias. El caso de Borea del MAN.

Las irresponsabilidades en divulgación terminan convertidas en revisiones necesarias. 
El caso de la tessera de Borea del MAN.

Un título muy largo para un tema muy controvertido: el intrusismo en divulgación y el daño que hace desconocer sus responsabilidades.  

La publicación de hoy espero que sea una reflexión para todos aquellos que nos dedicamos al mundo de la investigación, a los que se dedican a divulgarla y al público que recibe la información. Una cadena en la que cualquiera de las partes puede cometer un error, que para cualquier lego puede ser una tontería, pero que desencadena una serie de problemas, como si de piezas de un dominó cayesen una tras otra.

Hace unas semanas una persona acudió a mí preguntándome por un gladiador. Tal personaje era Borea y aparecía en una tessera que hoy se encuentra en el Museo Arqueológico de Madrid. Quería que corroborase que este personaje había nacido en su pueblo (Bedunia, hoy Cebrones del Río, en León). La única prueba para obtener todos los datos a los que se refería era esa pieza. Según parece, el luchador había tenido mucho éxito en los juegos gladiatorios.


Esta es la pieza a la que me refiero:



Fue encontrada entre Niebla y Moguer a orillas de Río Tinto y está fechada en el siglo I d. C. Sus medidas son 17 x 4,30 cm.

Podemos leer en la ficha del MAN (aquí):


"Placa de bronce de forma rectangular con cuatro orificios circulares en las esquinas, en los que se insertan argollas de la misma forma. En el lado menor izquierdo hay una argolla alargada decorada con incisiones y sujeta a la placa mediante un remache, de la cual colgaría la "tessera". El campo epigráfico desarrollado en cuatro líneas, se enmarca con una sencilla línea incisa que recorre toda la pieza."

La transcripción según la ficha del MAN:

CELER.ERBUTI.F(ilius). LIMICUS BOREA. CANTI (filio) BEDONIE (n) SI MVNERIS. TES(s) ERA(m). DEDIT AN(n)O. M (arco). LICINIO. CON (n)S(ule)

La traducción, de nuevo según la misma ficha:

“Celer, hijo de Erbutio, natural de la ciudad de los Limicos, dio esta tessera gladiatoria a Borea, hijo de Cantio, natural de Bedunia, el año del consulado de Marco Licinio.”

Y en la misma ficha se interpreta el texto de la siguiente forma:

“Celer nacido en Ginzio de Limia (Orense), es un organizador de juegos e hizo entrega de esta tessera al gladiador Borea, natural de Baedunia (cerca de La Bañeza, León), posiblemente en el año 64 de nuestra era.”


En 2022 el periódico “el diario” se hizo eco de la noticia (noticia completa aquí) y dio pábulo a una persona sin los conocimientos suficientes que cometió una irresponsabilidad:




El daño ya estaba hecho. Según la noticia, Borea fue un gladiador hispano de Bedunia conocido como uno de los más célebres del siglo I d. C. Destacado por su agilidad como provocador. Recibió una tessera de bronce (única de este material entre las 107 conservadas. Esto ya debería darnos que pensar, ¿verdad?) como símbolo de honor, otorgada por el lanista Celer alrededor del año 64 d. C., lo que evidencia su fama excepcional. La tessera confería a Borea un lugar privilegiado en el anfiteatro de Ilipula (Huelva), reflejando su estatus como gladiador de élite y figura respetada en todo el imperio. Según el periódico además se podía saber qué tipo de gladiador era Borea, un provocador.

La noticia fue publicada por varios medios en diferentes años.


Así “nuestra historia” lo publicó en 2023:




 En 2024 la noticia era publicada por Muy Interesante:





En enero de 2025 aparecía una novela que terminó por rematar la jugada. De ella se hacía eco el Heraldo de León. Obviamente es una novela. El autor puede tomarse todas las licencias que quiera. El problema está cuando defiende que es una historia real y así la entiende el lector. 





Hace ya tiempo que la pieza es parte de los estudios especializados. Grandes especialistas como José María Blázquez y María Paz García-Gelabert en 1988 decían que Celer era el gladiador (no Borea) y que entrega la tessera a Borea, una deidad local. Alberto Ceballos y David Ceballos, en su artículo de 2003, aceptaban el hecho de que Borea era un gladiador.

A partir de estos trabajos solo había que hacer que todo cuadrase (de forma muy chapucera, todo hay que decirlo) y así a Celer se le convertía en un lanista por arte de magia. Borea era un gladiador y que además era de tipología provocador. Todo el mundo se olvidó de que Blázquez ya adelantaba que Borea era una divinidad indígena de la Bética y que Piernavieja defendía que Borea era una deidad asimilada a Marte. No molaba tanto como tener a un gladiador súper famoso al que su lanista le entregaba la tessera con la que tenía asientos privilegiados en las gradas de un supuesto anfiteatro en Ilípula (hoy población de Niebla, en Huelva) edificio que probablemente ni existió.

Veamos qué ocurre si uno se para y lee la inscripción con detenimiento. Se verá que la interpretación es errónea y realizada con una gran cantidad de imaginación. Y es que, si se lee en algún sitio la palabra munusya se piensa que tiene que haber (a la fuerza) gladiadores de por medio.

Comencemos por decir qué es una tessera (tesserae en plural) era una ficha o placa pequeña, generalmente de hueso o cerámica (de bronce solo tenemos esta de la que aquí estamos hablando y, por las características de la misma, no se puede afirmar que se trate de espectáculo). Estos objetos eran utilizados en el mundo romano como entradas a espectáculos (anfiteatro, teatro o circo), bonos de distribución o incluso fichas de lotería o premios.


Ejemplos de tesserae son:




Aunque de las que más ejemplos tenemos son las siguientes:




Desde luego, nada que ver la que protagoniza esta publicación, como podemos ver.

Si ya partimos de que no es una tessera de entrada a juegos, quizá deberíamos hacer una revisión de dicha pieza a ver qué información nos aporta lo que en ella se escribió.

Dice así:

CELER·ERBUTIi·Filius·Limicus
BOREA·CANTIBEDONIEnSI
MUNERIS·TESsERAm·DEDIT
ANnO·Marco·LICINIO·COnSule

Si tenemos en cuenta todos los signos de separación entre las palabras y la distribución de las palabras mismas en las líneas, obtenemos la siguiente traducción (hecha por el filólogo en lengua latina y griega, J. R. Galindo Peñalver):

Celer, límico, hijo de Erbutius,
para Borea cantibedoniense
dio tessera de espectáculo
en el año del cónsul Marcus Licinius.

Si analizamos detenidamente la inscripción, vemos que Celer lo que hizo fue entregar la tessera (de espectáculo) al dios Borea. Todo ello el en año, eso sí, 64 d. C. Se trataría, por lo tanto, de una tessera entregada como exvoto a un dios, mucho más parecida a una tessera de hospitalidad que a las “entradas” para espectáculos.

Y todo esto que os he contado es para que veáis cómo dejar volar la imaginación puede acarrear problemas. De tener un gladiador y un lanista, incluso conocíamos su panoplia del luchador y su procedencia, hemos pasado a tener un dios indígena y a una persona que le entregaba al dios el dato de que había celebrado un espectáculo en el. 64 d. C. Ya está, nada más. Quizás (y esto ya es especular rozando lo novelesco) debido a que fue encontrado entre Moguer y Niebla, puede que hubiese un espectáculo de arena (¿gladiadores? ¿venatores? ¿otro tipo de espectáculo enmarcado en los munera?) en Ilípula (Niebla). Esta localidad no tiene ningún edificios de espectáculos que sepamos. Habilitarían por tanto un espacio para munera. Sabemos que Niebla fue municipio en época de Augusto. Aunque quizás este espectáculo se diese en otro lugar, quizás en Itálica, que se encuentra a unos 150 km. de donde se realizó el hallazgo. 

La verdad es que todo el resultado a mi me da la impresión de ser muy forzado. No tiene ningún sentido que Celes hiciera este tipo de ofrenda a un dios local. A mi esta traducción no me convence nada de nada. 

Pero… ¿Y si hiciéramos otra lectura de la inscripción? Volvamos a mirar la original:

CELER·ERBUTIi·Filius·Limicus
BOREA·CANTIBEDONIEnSI
MUNERIS·TESsERAm·DEDIT
ANnO·Marco·LICINIO·COnSule

Lo que mas nos “molesta” es la palabra muneris, el nominativo de esta es munera. Esta palabra tiene muchas más acepciones que la de “espectáculo romano”.

Munera puede traducirse también como “regalo”, “don” y “ofrenda”.  Si lo traduzco de esa forma obtengo el siguiente resultado:

Celer, límico, hijo de Erbutius,
para Borea cantibedoniense
dio tessera de ofrenda
en el año del cónsul Marcus Licinius.

Con este matiz lo podemos encontrar en Cicerón , por ejemplo, cuando en "contra Verres dice" (2, IV, 66, 12): 

Cum ille se et religione Iovis Capitolini et hominum existimatione impediri diceret, quod multae nationes testes essent illus operis ac muneris, iste homini minari acerrime coepit, 

que su traducción en castellano es: 

"Al responderle aquél que se hallaba atado por el voto a Júpiter Capitonio y por la opinión de la gente, dado que muchos pueblos eran testigos de aquella obra y regalo."

Como vemos, Cicerón utiliza muneris con ese significado de "regalo" (podría ser ofrenda) en contexto religioso y coincide en que se trata de un genitivo singular, como en de la tessera del MAN.

Además, tipos de tesserae había más y que nada tenían que ver con el mundo del espectáculo. Había tesserae frumentariae cuyo uso era para distribución de trigo u otros víveres a ciudadanos romanos; tesserae hospitales, símbolo de hospitalidad entre familias o individuos; tesserae nummulariae que eran identificaciones de oficiales de la casa de la moneda; tesseare magicae o amuleti, como su nombre indica eran amuletos o fichas mágicas con fines protectores o religiosos; tesserae militares o legionis para identificación dentro del ejército o comunicación interna; tesserae fiscales o annonariae, con el registro de las obligaciones fiscales o censales; y por último, la tipología a la que esta corresponde, tesserae votivae, fichas o tablillas, normalmente de plomo o bronce, ofrecidas en santuarios como parte de una promesa o agradecimiento a una divinidad. 

Para mi tiene mucho más sentido y más lógica que la traducción tradicional que es mucho más forzada.

Así que nada que ver ni con lanistas, ni gladiadores, ni espectáculos.  Todo es mucho más simple.  Este es el caso de una tesserae votivae, es decir, una donación, un regalo, un don para el dios Borea, una deidad de la que no conocemos nada y que cuyo culto era bastante local. que hace Celer, en el año 64 d. C.











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