22 feb 2012

Las vestales romanas



Las vestales eran las encargadas de mantener vivo el fuego sagrado del templo de Vesta. Era el único clero femenino en toda la ciudad, y eran seis. Además eran las encargadas de guardar objetos religiosos importantes como el Palladium, una representación antigua de Minerva y los Penates procedentes de Troya.




Para entrar en la orden había que ser hija de padres libres y tener entre seis y diez años y debían quedarse en el templo durante 30 años. Durante este periodo debían mantenerse vírgenes, pero una vez que salían de templo, pasados estos años, eran libres de casarse. En el caso de romper su voto eran enterradas vivas, no había otra forma, su sangre no podía ser derramada.

Pero ser vestal tenía ademas de obligaciones grandes privilegios. No estaban sometidas a la patria potestas así que podía tener posesiones propias, podían conducir carros, cosa que solo podía hacer la emperatriz, y tenían reservados asientos privilegiados en los espectáculos públicos.

Las vestales residían en la llamada "Casa de las Vestales" cuyo complejo tenía además el Templo de Vesta que era el hogar público de los ciudadanos, símbolo de la unidad de la comunidad y la síntesis de todos los hogares domésticos, de ahí la importancia del fuego, como fuego del hogar. Dentro se guardaban los Penates que eran los dioses del hogar que según decía la tradición Eneas había traído desde Troya.




El templo era circular, levantado sobre podio, recubierto de mármol, con columnas, períptero, de estilo corintio y techo cónico con abertura central. Dentro ardía el fuego sagrado que alimentaban constantemente las vestales.




La casa donde vivían tenía un patio central, con pórticos y numerosas estatuas, con diversas habitaciones y varios pisos. La planta baja tenía un tablinum y un triclinum y al sur se encontraban las termas con un sistema de calefacción que servía para las habitaciones. En el primer piso residían las sacerdotisas y en el tercer piso los sirvientes.



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