8 mar 2013

La Triangle shirtwaist

El 25 de marzo de 1911, en la ciudad de Nueva York, ocurrió un desastre: 146 trabajadores murieron por un incendio en la fábrica de camisas Triangle shirtwaist.   La víctima de menos edad tenía 14 años, la de más edad 48 años, se trataba en su mayoría de mujeres inmigrantes judías e italianas.

La Triangle shirtwaist era propiedad de Max Blanck y Harris Isaac, inmigrantes rusos que comenzaron con una pequeña tienda en 1900 con el nombre Triangle Shirtwaist.  El negocio les iba bien así que se trasladaron al noveno piso del edificio Asch, en la esquina de Washington Place y la calle Greene.  Con el tiempo ampliaron el negocio hasta la décima planta.

En 1911 su compañía era una de las mayores fábicas de blusas de la ciudad de Nueva York, especializada en blusas de mujeres denominadas shirtwaist, de cintura estrecha y mangas anchas o infladas.  Unas 500 personas trabajaban para los dos empresarios, explotados, trabajaban muchas horas durante seis días a la semana, hacinadas y por unos salarios bajísimos, algunos de los trabajadores tan solo tenían 13 años.

Pero esto no solo ocurría en la fábrica de camisas, era lo habitual en la época.  En 1909 los trabajadores de Nueva York se declararon en huelga, reivindicando aumento salarial y una semana más corta de trabajo así como el reconocimiento del sindicato.  Muchos empresarios accedieron a las peticiones, pero no la Triangle Shirtwaist.

La tragedia ocurrió un sábado, eran las 4.3.  Los trabajadores estaban recogiendo sus pertenencias y sus pagas cuando comenzó un pequeño fuego que se había iniciado en una bandeja de chatarra.  Nadie conoce las circunstancias en que comenzó el incendio, pero un jefe de bomberos pensó que había sido una colilla en una papelera.  Cientos de kilos de algodón, papel de seda y mesas de madera ardieron con facilidad.

Aunque varios trabajadores intentaron apagar el fuego con cubos de agua, el incendio creció rápidamente y pronto fue incontrolable, entonces intentaron utilizar la manguera pero la bomba de agua no funcionaba.  No había agua.

Una mujer desde el octavo piso trató de llamar a los pisos noveno y décimo para advertirles.  Solo la décima planta recibió el mensaje.  La novena planta no se enteró de nada, hasta que ya tenían el fuego encima.





Comenzó a cundir el pánico.  Corrieron hacia los ascensores que solo podían utilizar a un máximo de 15 personas al mismo tiempo, pero debido al pánico fueron ocupados por 30 personas.  El fuego también llegó al hueco del ascensor.  Otros optaron por correr hacia la escalera de incendios, 20 se salvaron, otras 25 personas murieron al desplomarse la escalerilla.

Los de la planta décima, incluidos los dueños, llegaron bien al techo y desde los edificios cercanos recibieron socorro.  Pero los trabajadores de las otras dos plantas no pudieron salir.  Los ascensores no estaban disponibles, la escalera de incendios se había derrumbado, las puertas  de los pasillos estaban cerradas con llave.  Acudieron entonces a las ventanas como única vía de escape.

Las causas de las muertes fueron el fuego, la inhalación de humo y los derrumbes ademas de las que saltaron por las ventanas desde los pisos 8º al 10º.  Antes lanzaron a la calle las telas que había en la fábrica, los testigos pensaban que era para salvar las mejores de la quema, acto seguido se lanzaron ellas, querían salvar sus vidas, todas murieron.   Los bomberos estaban intentando llegar a las ventanas en ese momento con la escalera, pero solo llegaba hasta el sexto piso.  Mientras eran testigos de los saltos.






El fuego fue apagado en 30 minutos pero no fue suficiente.  De los 500 empleados, 146 estaban muertos.  Los cuerpos fueron llevados a un muelle cubierto en la calle 26, cerca del East River.  Miles de personas hicieron fila para identificar los cuerpos de sus seres queridos.  Tras una semana, todos menos 7 fueron identificados.

Los propietarios del Triangle shirwaist fueron juzgados por homicidio.  Fueron declarados no culpables.

La tragedia obligó a realizar cambios legislativos en las normas de seguridad y salud industriales, se creó el Sindicato Internacional de mujeres trabajadoras textiles, además de marcar la celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora que más tarde pasó a denominarse Día de la Mujer y en 1977 la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas proclamó el 8 de mazo como Día Internacional de los Derechos de la Mujer y la Paz Internacional.

2 comentarios:

  1. Escalofriante la historia de estas trabajadoras. Quienes las explotaban - a ellas y a sus compañeros - eran inmigrantes también. Pero el dinero no entiende de solidaridad, ni de humanidad, ni de hermandad ni de patrias. Y seguimos, más o menos, igual. Un abrazo.

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  2. Triste historia. Y aún tenemos mucho que hacer para conseguir la igualdad. Seguiremos luchando para que sea posible. Gracias por el artículo.
    Un abrazo,
    Virginia

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