El vació de poder ocasionado por las abdicaciones de Carlos IV y Fernando VII en Bayona, en 1808 y la no aceptación por parte de la mayoría de los españoles del
nombramiento de José, hermano de Napoleón, como rey de España, contrastando con la claudicación de las autoridades peninsulares,
facilitó un trasvase de poderes y la aparición generalizada de Juntas Supremas. Estas Juntas defendieron desde sus inicios su legitimidad emanada del
pueblo y se presentaron como depositarias de la autoridad soberana.
Cuando José llegó a Madrid no fue como rey de
toda España. Tendrían un precario
dominio basado en el ejército sobre parte del territorio del dominio
francés. La Junta Suprema Central
intentaría poner orden y racionalizar la reacción antifrancesa.
El levantamiento generalizado había desencadenado
el empleo de la fuerza por parte francesa, desplegándose las tropas de Napoleón
por la Península Ibérica en un intento de recuperar el control. Tuvo serias dificultades en Aragón, Cataluña y Valencia desatancando la
resistencia de las ciudades de Zaragoza, Gerona y Valencia.
Fernando VII en Francia, se firmaba el Tratado de Valençay en 18l3. Napoleón
reconocía a Fernando como rey de España y le reintegraba sus territorios tal y
como existían antes del inicio de la
guerra. La guerra había
terminado. Fernando volvía como El
Deseado, por Cataluña el 22 de marzo de 1814.